El presidente de Colombia, Gustavo Petro visitó este lunes el departamento La Guajira, tras las afectaciones de la tormenta Julia, y apreció que el daño fundamental provocado en esa región por el evento climatológico fue la ruptura de la comunicación terrestre por cuerpos de agua que aumentaron debido a las lluvias.

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“Hoy visitamos La Guajira, el territorio del desastre indudablemente; el problema más agudo que hay, es la ruptura de comunicación terrestre por cuerpos de agua que siguen en el lugar. En Uribia afortunadamente no hubo pérdidas humanas que lamentar”, subrayó el mandatario.

Petro señaló como plan inmediato el restablecimiento de la comunicación terrestre mediante el tendido de puentes o carreteras, así como otras alternativas que permitan sortear los cuerpos del agua y trasladar ayuda a las personas.

Sobre los planes inmediatos para la recuperación del territorio, el jefe del Ejecutivo sugirió que “que sea en la misma Guajira donde se compren los alimentos y que la ayuda humanitaria sea un reactivador de la economía regional, llevar alimentación directamente a la familia, y en tercer lugar y un poco más distante, la reconstrucción de viviendas”.

Valoró que el impacto de estos huracanes y fenómenos meteorológicos también es resultado de la crisis climática. “La formación de huracanes con mayor intensidad y menor tiempo de intermitencia es producto de la crisis climática. Si no hacemos nada para eliminar los gases de efecto invernadero de la atmósfera y dejar de emitirlos, será cada vez peor”.

Petro consideró que tras su recuperación La Guajira debe sacar partido de su área de desierto para aprovechar la radiación solar y generar energías limpias. “Cada metro cuadrado del desierto vale un poco de plata, y si la comunidad se asocia a Ecopetrol y genera ingresos de la energía eléctrica elevan los niveles de vida. Tener otra Guajira es posible a través de sus propias comunidades”, dijo.

En relación con la preocupación real de los Gobiernos acerca del cambio climático, el jefe de Estado puntualizó que “debemos tener una economía descarbonizada, pero los intereses económicos lo impiden y los gobiernos se convierten en los gobiernos de la emergencia”.