Familias guatemaltecas esperan por la ayuda gubernamental tras el paso de los huracanes Eta e Iota en el último mes, los cuales causaron inundaciones catastróficas en el país sudamericano.

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Aunque las condiciones climáticas han mejorado en gran parte del país, vecinos de comunidades de Lívingston, Izabal, aún viven un drama a causas de las inundaciones, pues en algunos sectores el agua supera los dos metros de altura.

En esa comunidad las vías de acceso terrestres desaparecieron y ahora solo se puede ingresar por lancha, pues la inundación no baja su nivel y cada día que pasa la situación se agrava porque el agua y los alimentos ya son escasos.

Vecinos de la zona expresan que la inundación fue súbita y nunca había visto algo parecido. No tienen comida y la situación no mejora; además, para poner a salvo algunas de sus pertenencias las subieron al techo de su casa, pero no saben cuánto resistirá y si la lluvia continúa.

En Lívingston hay 38 comunidades inundadas, donde la mayoría de los habitantes se dedica a la pesca y agricultura, pero por la crecida del río Dulce y Lago de Izabal no pueden salir de las aldeas, donde el idioma predominante es el q’eqchi’.

De acuerdo con la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), se han registrado 288 incidentes debido a Iota, los cuales afectan a 329.997 personas, incluyendo a 20.464 evacuadas y 5.177 albergadas.

Además, se reportan seis personas fallecidas, seis heridas y tres desaparecidas. También 3.591 viviendas con daños y 806 en riesgo.

La Conred también advirtió que 11 ríos muestran niveles de flujo por encima de su nivel normal y que en cinco de ellos la “tendencia” es a “incrementarse” en las próximas horas.

Entretanto, el vicepresidente Guillermo Castillo solicitó el viernes al presidente Alejandro Giammattei que ambos renuncien a sus cargos “por el bien del país” tras diversas situaciones que mantienen el descontento social.