La nominada por el presidente Trump para convertirse en la próxima directora de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Gina Haspel ofreció retirar su candidatura tras las críticas realizadas por algunos funcionarios del Gobierno quienes rechazaron su papel en el programa para torturar a sospechosos de terrorismo.

Haspel, quien actualmente ocupa el cargo de directora adjunta de la CIA, explica que el ofrecimiento de su renuncia se debe a que algunos republicanos consideran que existe el riesgo de que no sea confirmada por el Congreso para ocupar el cargo, por lo que espera evitar un posible rechazo ante en el Senado estadounidense que pueda dañar la imagen de la agencia.

La prensa local señaló que Haspel abordó el pasado viernes durante una reunión en la Casa Blanca su labor en el programa de interrogatorios, el cual incluye métodos de torturas como el “submarino”, el cual simula el ahogamiento.

Estas prácticas de torturas fueron utilizadas en la prisión secreta de la CIA en Tailandia, en 2002, donde la directora adjunta de la agencia está señalada como responsable.

La veterana, que tiene 32 años de experiencia dentro del mundo de espionaje, también estuvo involucrada en la destrucción de casi 100 videos producidos por la CIA, donde se registraban interrogatorios a los que fueron sometidos los sospechosos, incluyendo un supuesto miembro de Al Qeada.

Por otra parte, fuentes de la Casa Blanca aseguran que Haspel no renunciara.

Entre tanto, la vocera presidencial, Sara Sanders aseveró que "la directora adjunta Haspel está muy cualificada y ha dedicado más de tres décadas a servir a nuestro país".

Sanders agregó que la nominación de Haspel “no será descarrilada por críticas partidistas que ponen a favor de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles en relación con la CIA y cómo mantener al pueblo estadounidense a salvo".