Un informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) dio cuenta del incremento durante 2019 de la migración infantil a través del Tapón de Darién, zona selvática que abarca parte de la frontera entre Colombia y Panamá.

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El documento, difundido el pasado viernes, recoge que esta región, que cuenta con una de las mayores biodiversidades del mundo, se emplea como corredor migratorio irregular, llegando a ser 24.000 personas las que lo emplearon durante 2019, siendo niños 4.000 de ellas.

Estos migrantes procedían de más de 50 países tan diversos como India, Somalia, Camerún, Congo y Bangladés, los que en su mayoría arribaron primero a Ecuador, desde donde se trasladaron hasta el Tapón de Darién para cruzarlo y, posteriormente, atravesar hacia Centroamérica para llegar a EE.UU.

La situación es aún más compleja cuando se analiza que el 50 por ciento de los niños que atravesaron la zona en 2019, no rebasaba los seis años de edad, y que al menos 50 menores fallecieron en el intento.

UNICEF mostró en el documento su preocupación con el hecho de que se prevé que estas cifras aumenten, argumentando que por dicha razón mantendrá su presencia en la región, a fin de contribuir a la asistencia de los menores y sus familiares que se lancen a dicha travesía.

No obstante, la organización internacional también abogó por que los gobiernos implementen políticas que desestimulen la emigración irregular, entre las que enumeró:

Abordar las causas estructurales que provocan la migración infantil; asegurar educación y salud a niños migrantes; mantener las familias juntas; poner fin a la detención de los niños migrantes; erradicar la xenofobia y la discriminación; y proteger a los niños migrantes contra la explotación y las violencias.