En abril, Google firmó con el Departamento de Defensa de Estados Unidos (EE.UU.) el contrato del Project Maven, cuyo costo es de 70 millones de dólares y su principal objetivo es colaborar con el Pentágono en el perfeccionamiento de la inteligencia artificial de sus sistemas, que será utilizada para potencial la orientación de los ataques por drones, indica una carta de los trabajadores de la multinacional.

Una vez se dio a conocer el acuerdo, cerca de 3.100 empleados dirigieron una carta abierta al director ejecutivo de Google, Sundar Pichai, exigiendo que cese la colaboración con el Project Maven. 

Pero ¿qué es lo que hace que 3.100 empleados de la empresa estén preocupados por las nuevas decisiones de Google?

La misiva indica que con el Proyecto Maven, la empresa estaría contribuyendo en el negocio de la guerra porque está construyendo una "tecnología de guerra".

¿De qué trata el programa del Pentágono en el que Google es colaborador?

El Project Maven tiene como finalidad utilizar inteligencia artificial y machine learning (disciplina científica del ámbito de la Inteligencia Artificial que crea sistemas que aprenden autónomamente) con el objetivo de procesar todos los datos que recopila. 

Sucede que el Pentágono cada año obtiene una serie de datos que no pueden ser procesados en totalidad por sus trabajadores, esto lo ha llevado a idear el Project Maven con el fin de utilizar la inteligencia artificial para analizar videos y fotos que considere relevantes, previo entrenamiento para calificarlos así.

Pese a que Google ha señalado, en su defensa, que el proyecto no tiene fines militares, un memorando emitido por el subsecretario de Defensa de EE.UU., Bob Work, anunciaba en abril la preparación de un equipo interfuncional de guerra algorítmica, denominado Project Maven.

Según el Departamento de Estado, el Project Maven se centrará especialmente la lucha contra el autodenominado Estado Islámico (Daesh, en árabe) focalizado en Irak y Siria.

¿Quiénes se oponen al proyecto?

Además de los más de tres mil trabajadores de Google, organizaciones como Tech Workers Coalition, que defiende los derechos de los trabajadores, y el Committee for Robot Arms Control (Icrac), formada por investigadores preocupados por la elaboración de armas autónomas, han alertado a Alphabet (principal subsidiaria de Google) sobre el carácter poco ético del contrato que han firmado con el Departamento de Defensa estadounidense.