El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, declaró este miércoles un estado de excepción en todo el sistema penitenciario, tras la masacre que ha dejado más de 100 muertos ocurrida en la Cárcel Número 1 de la ciudad de Guayaquil (suroeste), producida por un enfrentamiento entre bandas de criminales.

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"Declárese el estado de excepción por grave conmoción interna en todos los centros de privación de libertad que integran el sistema de rehabilitación social a nivel nacional, sin excepción alguna, por el plazo de 60 días desde la suscripción de este decreto ejecutivo", indicó el mandatario en su comunicado.

El jefe de Estado ahondó que su decreto se fundamenta en circunstancias que han afectado gravemente los derechos de las personas privadas de libertad, del personal del cuerpo de seguridad penitenciaria y de agentes policiales, al tiempo que sostuvo el estado de excepción pretende "precautelar los derechos de los reclusos como grupo de atención prioritaria", así como los de los guías penitenciarios y efectivos de la policía.

Lasso instó a la coordinación de esfuerzos y movilización por parte de las Fuerzas Armadas, el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de Libertad y Adolescentes Infractores (SNAI), y la Policía en aras de restablecer y mantener el orden, y prevenir nuevos acontecimientos de violencia social al interior de los centros carcelarios".

Mientras, el SNAI advirtió que hasta el momento se reportan al menos 52 heridos en los incidentes, luego de una primera intervención de unidades especiales, y remarcó que la Fiscalía, de conjunto con fuerzas policiales continúan haciendo un levantamiento de la situación.

Por su parte, Bolívar Garzón, director del SNAI no dudó en calificar los sucesos como una tragedia “esta pelea entre bandas, grupos de delincuentes que en la búsqueda del poder interno llegan a estos niveles”, dijo al tiempo que detalló que se estaban descubriendo más cadáveres a medida que las fuerzas de intervención han entrado en los pabellones nueve y diez, en los cuales se concentró la masacre.

A propósito del incidente, el coronel Mario Pazmiño, exdirector de inteligencia militar, expresó que el amotinamiento en la penitenciaría de Guayaquil evidencia que “el crimen organizado transnacional ha permeado la estructura del Estado, cuya gobernabilidad ha sido trastocada por la injerencia de carteles internacionales como Sinaloa y Jalisco Nueva Generación”, los cuales operan a través de bandas locales.

Al clima de tensión en el centro penitenciario se  añade el miedo e incertidumbre en las inmediaciones, donde se han congregado familiares de los detenidos en busca de noticias, y en medio del movimiento de fuerzas especializadas de la Policía y el Ejército, las ambulancias y los vehículos de medicina legal.