Tras su liberación este domingo de la prisión de Latacunga, el exvicepresidente del Ecuador, Jorge Glas Espinel, viajó en una caravana, acompañado por cientos de simpatizantes, rumbo a la ciudad de Guayaquil, en la costa del Pacífico, al suroeste de la capital, Quito.

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El exmandatario, segundo al mando en una de las administraciones de Rafael Correa y en la de Lenín Moreno, llamó a acabar con la persecución política, la cual, dijo "sentenció a [su] familia" y valoró que "el costo personal ha sido muy alto".

En horas de la noche, la caravana que conducía a Glass arribó a la ciudad de Guayaquil y entre decenas de militantes de la Revolución Ciudadana que lo esperaban con banderas el exvicepresidente dijo que con él, "no cuenten para el odio", ya que salió de la cárcel sin rencor. 

Lo que sí hizo Glass fue enumerar las distintas obras que realizaron en el Gobierno de Rafael Correa, hasta 2017: "Fuimos nosotros los que cambiamos esta patria. Fuimos nosotros los que planificamos energía eléctrica para 30 años. Fuimos nosotros los que hicimos 10 mil kilómetros de carretera. Fuimos nosotros los que rompimos récord de producción petrolera. Fuimos nosotros los que hicimos hospitales. Fuimos nosotros los que hicimos centros de salud. Fuimos nosotros los que levantamos a Manabí y Esmeraldas después de un terremoto".

Glas además dijo que la persecución fue obra de Lenín Moreno, quien dejó sin su trabajo a su esposa y a otros miembros de su familia: "Ahora que venga al Ecuador, porque yo estoy aquí". Finalmente indicó que hace 15 meses debió haber recobrado su libertad y se la negaron por presiones políticas.

También aseveró que "Muy pronto, la verdadera justicia brillará. Este es un pequeño paso (…). No se puede vencer a alguien que no se rinde nunca", subrayó.

El exvicepresidente Jorge Glas pudo salir de prisión, tras haber recibido un habeas corpus, este sábado, luego de permanecer en prisión durante 4 años y seis meses.