El Gobierno de Japón anunció que los Juegos Olímpicos y Paralímpicos se efectuarán sin público extranjero, para evitar nuevos contagios de la Covid-19, inclinándose por la seguridad sanitaria de los japoneses, más allá de las implicaciones económicas que amerita esta decisión.

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La aparición de nuevas cepas del coronavirus fue una de las principales razones por las cuales las olimpiadas de Tokio se celebrarán sin espectadores de otras naciones, con la idea clara de proteger la salud de sus ciudadanos de ese riesgo.

En este sentido, el Comité Organizador acordó, además, que la ceremonia de apertura del recorrido de la antorcha olímpica se realizará en Fukushima a puertas cerradas, "permitiendo sólo a los participantes e invitados tomar parte en el evento, para evitar que se formen grandes multitudes en medio de la pandemia", comunicaron los funcionarios.

A 135 días del inicio de los los Juegos de Tokio, que se celebrarán del 23 de julio al 8 de agosto, sus organizadores manifestaron que esperaban esperaban recibir a unos 1.000.000 de visitantes, pero debido al coronavirus solo permitirá público local en los estadios.

La decisión tomada tras reuniones entre los responsables del Comité Olímpico Internacional (COI), del Gobierno japonés y de las autoridades metropolitanas de Tokio, se apoya en "datos científicos", así como en encuestas que revelan que la mayoría de los japoneses, no quiere visitantes internacionales en los venideros Juegos, para evitar el resurgimiento de casos de Covid-19.

Ya la presidenta de estas olimpiadas, Seiko Hashimoto, había adelantado que la seguridad de los japoneses es la prioridad en el gran evento olímpico, al asegurar la semana pasada que la ansiedad relacionada con el impacto de la Covid-19 permanecía entre los ciudadanos, "y mientras haya ansiedad, tendremos que trabajar para garantizar su seguridad".

Ciertamente, la decisión de celebrar los Juegos Olímpicos sin público extranjero tiene importantes implicaciones económicas, tomando en cuenta que estos fueron planificados como los más caros de la historia, con un costo que oscila entre los 15.400.000 millones de dólares.

Ahora, con la nueva medida restrictiva, las entidades gubernamentales de Japón deberán afrontar cualquier pérdida monetaria relacionada con los ingresos que sumarían la visita de espectadores extrajeros a los Juegos de Tokio, considerando que solo de la ventas de las entradas en general, se había estimado en un principio la ganancia de unos 800 millones de dólares, una cifra que ahora se verá alterada.