El debate en torno a una ley a favor del aborto en Argentina vuelve a la palestra. Una niña de 13 años falleció tras dar a luz por cesárea.

La fallecida fue diagnosticada con neumonía, anemia y desnutrición crónica. También presentaba infección. Estaba internada en estado de gravedad en el Hospital Perrando de Chaco.

Le practicaron una cesárea de urgencia. Tenía 28 semanas de embarazo. El bebé no pudo sobrevivir y horas más tarde ella falleció.

Hace tres meses vetaron el proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo. Las prácticas clandestinas de aborto o de casos como de esta niña de origen wichí en la provincia de Chaco han encendido las alarmas. 

Anualmente unas 500.000 mujeres se someten a un aborto clandestino. Al menos 500 de ellas pierden la vida tras hacerlo en condiciones deplorables. 

La provincia de Chaco registra las tasas más altas de mortalidad de mujeres gestantes. Sus legisladores votaron en 70 por ciento contra la ley de interrupción voluntaria del embarazo, señala un comunicado de la Campaña Nacional que promueve el derecho al aborto legal, seguro y gratuito.

“Obligar a una niña a gestar y parir es tortura. El estado es responsable”, agregó.