La comunidad musulmana en Siria conmemora el fin de año musulmán y el advenimiento del año 1.442 según el calendario lunar islámico, conocido como Raas Assana o año de la Hégira.

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En ese sentido, los musulmanes recuerdan el periodo en que el profeta Mahoma migró de la ciudad sagrada de La Meca, para dirigirse a la región del Hiyaz en la ciudad de Medina en aras de reunir a los pobladores y fundar la comunidad de Ummah o creyentes del Islam en el año 622 de la Era cristiana.

El Raas Assana, también llamado Mouharam, es el primer mes sagrado del calendario islámico. Tradicionalmente es una fecha de ayuno para los musulmanes suníes en homenaje al profeta Moisés. 

Por su parte, los musulmanes chiitas recuerdan el ciclo de sometimiento de Hussein, nieto del profeta Muhammad y tercer Imaní chií, por parte del Ejército del califa omeya Yazid en Kerbala.

A causa de la crisis sanitaria producida por la pandemia del coronavirus, en Siria se conmemoró el nuevo año islámico con diferentes actividades virtuales, así como la preparación de alimentos para el compartir familiar. Las autoridades implementaron estrictas medidas sanitarias para evitar aglomeraciones en cultos religiosos con el objetivo de evitar posibles contagios con la Covid-19.

“En todas las ocasiones religiosas solíamos reunirnos y realizar actos festivos colectivos, pero este año el distanciamiento social, las mascarillas, el confinamiento y el intercambio de felicitaciones por teléfono y por las redes sociales, son los aspectos que caracterizan los festejos por temor a contagiarse”, expresó a teleSUR el feligrés Abdulrahman Saquer.

Los sirios clamaron por la construcción de la paz en la región, la superación de la crisis sanitaria en el mundo y la eliminación de las medidas que han bloqueado económicamente al país árabe, seguidamente pidieron que la bondad sea el valor que predomine en los seres humanos.