Varias protestas se han registrado este viernes en diferentes puntos de Chile, principalmente en Valparaíso, Santiago (capital) y Concepción, al tiempo que el presidente del país, Sebastían Piñera, rendía cuenta pública de su gestión desde la sede del Congreso.

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Los manifestantes llegaron hasta la sede del Legislativo para protestar con cacerolazos, silbatazos y lásers en el exterior del recinto donde se efectuó la ceremonia, registrándose hechos similares en otros sectores de la ciudad.

Mientras, otro grupo de personas acompañaban las protestas desde sus casas o lugares públicos con consignas relacionadas con las movilizaciones que surgieron desde el 18 de octubre pasado.

En Santiago unas 50 personas concentradas en Plaza Ñuñoa portaban pancartas que exigían la renuncia del presidente y la celebración del plebiscito constituyente de convocado para octubre próximo.

Desde la Torre Entel, en la capital del país y pocos metros del Palacio de La Moneda, los trabajadores de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales proyectaron sobre la fachada del edificio de telecomunicaciones la frase “ni un paso más sin las y los trabajadores”.

Por otra parte, en varias avenidas de Valparaíso se colocaron barricadas para bloquear las calles y se quemó un autobús como expresión de malestar social ante la gestión del Gobierno chileno.

A propósito del discurso de Piñera ante el Congreso, el analista político Germán Silva Cuadra, de la Universidad Mayor en Chile, destaca que “el Gobierno llega mal a esta Cuenta Pública, después de una derrota política sumamente importante con la ley de retiro del 10 por ciento”.

Asimismo, Cuadra recalca que la crisis sanitaria de la Covid-19 “está lejos de pasar, y con una crisis social y económica que empieza a recordar al 18 de octubre y que muestra que todo lo que pasó hasta el 14 de marzo simplemente se puso en paréntesis por la pandemia”.

Por otro lado, el profesor de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Santiago, Macello Mella, señala que el país se ve enfrentado "a una realidad que visibiliza aquellas dimensiones de la sociedad chilena que quizá no quisimos ver durante más de 40 años; las terribles caras de la desigualdad, manifestadas tanto en el estallido de octubre como en la expansión del virus".