Los búlgaros acuden este domingo a las urnas para elegir a un nuevo parlamento en medio de un aumento de casos de coronavirus y tras meses de protestas contra el Gobierno.

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Sobre las 12H00, seis horas después de abrir los colegios, la participación era del 18 %, siete puntos menos que aproximadamente a la misma hora en las elecciones de 2017, cuando apenas votó un 54 % de los electores.

Los analistas coinciden en que la abstención beneficiaría al actual primer ministro y candidato a repetir en el cargo, el populista conservador Boiko Borisov.

El partido de centro derecha GERB del primer ministro en funciones, Borisov, está a la cabeza en la mayoría de las encuestas de opinión, a pesar de las acusaciones de corrupción endémica.

Según los promedios de las encuestas nacionales compiladas por Europe Elects el 21 de marzo, el tres veces primer ministro obtendría una participación de los votos del 28,4%, pero no alcanzará la mayoría y podría tener dificultades para construir una coalición estable en un parlamento más fracturado. 

Borisov, de 61 años, un exbombero en el poder casi sin descanso desde 2009, ha tratado de mostrar sus éxitos en la modernización de la infraestructura de Bulgaria durante una campaña discreta que se llevó a cabo cuando la Covid-19 golpeó el país.   

"Demostramos lo que hemos logrado", dijo Borisov después de emitir su voto, agradeciendo a sus aliados en el conservador Partido Popular Europeo por su apoyo.   

También agradeció a la Comisión Europea, por 1,3 millones de inyecciones adicionales de la vacuna Covid-19, que el país recibirá en el segundo trimestre.

Más de 6,7 millones de búlgaros son elegibles para votar, pero los encuestadores esperan una baja participación debido a las preocupaciones de los votantes sobre el coronavirus y la lenta implementación de la vacuna.