El líder del Partido Laborista, Anthony Albanese, afirmó este sábado que quería unir a los australianos en sus primeros comentarios después de llevar a su organización política a una victoria electoral después de nueve años en la oposición.

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"Quiero unir al país", dijo Albanese a los periodistas cuando salía de su casa este sábado por la noche para asistir a una celebración del Partido Laborista en Sídney.

“Creo que la gente quiere unirse, buscar el interés común, mirar hacia ese sentido de propósito común. Creo que la gente ha tenido suficiente división, lo que quieren es unirse como nación y tengo la intención de liderar eso”.

Más temprano, el primer ministro conservador Scott Morrison dijo que había llamado a Albanese para admitir la derrota en las elecciones del sábado y felicitar a Albanese por su victoria.

El resultado marca el fin de los nueve años de permanencia en el poder de la coalición y del mandato de Morrison como primer ministro.

Las proyecciones de la Comisión Electoral Australiana otorgan 72 escaños a los laboristas -cerca de los 76 que conceden mayoría absoluta-, frente a unos 54 de la coalición Liberal-Nacional, que gobernó Australia desde 2013, cuatro bajo el mandato de Morrison.

Con el un 83 por ciento de los votos escrutados, una formación política de centro y otra de ultra derecha obtienen un asiento cada una, mientras que la próxima Cámara de Representantes, de 151 escaños, contaría con 10 diputados independientes, según este cómputo provisional oficial.

Más de ocho millones de australianos estaban convocados para acudir a más de 7.000 urnas repartidas por todo el país, según la Comisión Electoral Australiana (AEC, siglas en inglés), y una cifra récord de electores ya han emitido sus votos antes del día de los comicios.

La votación se abrió a las 00H80  hora local del sábado (2200 GMT del viernes) y permaneció abierta hasta las 18H00  cuando comenzó el conteo de boletas.