La masacre ocurrida en tres ciudades de Malí se saldó, en definitiva, con 132 personas muertas, de acuerdo a un comunicado de este martes del Gobierno del país africano, el cual atribuyó los hechos del fin de semana a un grupo terrorista vinculado a Al-Qaeda: Katiba Macina.

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Diallassagou, Dianweli, Deguessagou son tres poblaciones cercanas de la zona de Bandiagara, en las cuales los elementos terroristas ejecutaron sobre todo a los hombres y prendieron fuego a casas, graneros y vehículos, provocando la huida del resto de la población hacia Bankass, a unos 40 kilómetros.

Según el comunicado del Gobierno, "el número acumulado muestra 132 civiles asesinados fríamente por combatientes de Katiba de Macina de Amadou Kouffa, varios de cuyos autores han sido formalmente identificados".

La misma nota asegura que "se tomarán todas las medidas para buscar y llevar a los autores de estos actos criminales ante la justicia".

La zona de Bandiagara, próxima a la frontera con Burkina Faso, es escenario habitual de la violencia terrorita, en particular a partir de 2015, cuando el foco de la insurrección que sufre Malí desde 2012 se trasladó al centro del país. 

La Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Malí (Minusma) ha mostrado su preocupación y se ha ofrecido a las autoridades locales, tanto civiles como militares, para enviar una misión de protección de los ciudadanos y de estabilización a esta zona. 

Los países de la región del Sahel (Senegal, Malí, Burkina Faso, Níger, Nigeria, Chad, Sudán, Eritrea y Etiopía) viven en medio de una situación de inseguridad provocada por la presencia de bandas y grupos terroristas, agravado por la presencia de fuerzas de ocupación extranjera provenientes de antiguas potencias coloniales de Europa, así como de Estados Unidos.

En las últimas semanas se han repetido escenas similares en Burkina Faso, Níger y Nigeria.