El primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne, reclamó este sábado en el 76 periodo ordinario de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), que las vacunas para hacer frente a la pandemia por la Covid-19 sean consideradas un bien global y que estas se distribuyan de manera equitativa y con precios asequibles.

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Durante su intervención, Browne expuso los desafíos generados por la pandemia y por el cambio climático y calificó de nacionalismo egoísta la actitud de las naciones desarrolladas de no compartir sus existencias de antígenos.

Aseveró también que el mundo estaría ahora en mejores condiciones si los países de altos ingresos comprendieran la importancia de redistribuir esos y otros tratamientos para la salud.

Añadió que esa reticencia a ayudar a otras naciones no solo constituye un apartheid de vacunas, como lo calificó, sino que obstaculiza el propósito de inmunizar al 70 por ciento de la población mundial para el año próximo.

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— United Nations (@UN) September 25, 2021

A propósito de esta meta, consideró un contrasentido que se acepten como válidas solo vacunas producidas en Norteamérica y Europa, y no antígenos desarrollados y producidos en naciones caribeñas.

Browne alertó que la humanidad ha de estar preparada para futuras pandemias, en especial en el contexto del cambio climático.

En ese sentido, instó a que la ONU, la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Consejo de Seguridad movilicen recursos y brinden rápidas repuesta a los desafíos que se susciten.

#ENVIVO | El primer ministro de #AntiguaYBarbuda����, #GastonBrowne, mencionó que el sistema de vacunación contra la #Covid19 fracasó, los países en vías de desarrollo tuvieron que mendigar las vacunas para sus pueblos

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— teleSUR TV (@teleSURtv) September 25, 2021

Respecto al cambio climático, Browne hizo hincapié en la responsabilidad de los mayores productores del mundo de reducir con urgencia las emisiones de dióxido de carbono, pues de lo contrario será terrible la situación del planeta.

Propuso que las naciones desarrolladas aporten fondos para que los países de bajos ingresos y los estados insulares migren a las energías renovables y dejen atrás la dependencia a los combustibles fósiles.

Sobre este aspecto, puntualizó que las naciones insulares necesitan ayuda oficial para el desarrollo y no préstamos.

Recordó que numerosos países pobres hacen frente a un significativo endeudamiento y endeudarlos más no constituye una solución.