Hace 15 años, el 22 de diciembre de 2002, el Gobierno de Venezuela encabezado por el presidente constitucional Hugo Chávez derrotó el sabotaje petrolero orquestado por la cúpula de trabajadores de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), principal industria del país. 

Ese domingo, 14 tripulantes recuperaron el buque "Pilín León" — uno de los pocos buques con los que contaba la flota petrolera nacional en aquel momento — de las manos de los capitanes venezolanos que habían decidido fondear el barco durante 16 días en la bahía del Lago de Maracaibo, en el estado Zulia (occidente del país), con el fin de impedir la distribución del combustible. 

La operación, realizada en el marco del "paro cívico" que la oposición convocó el 2 de diciembre, tuvo como objetivo central derrocar al presidente Chávez y boicotear la industria petrolera, lo que produjo pérdidas por más de 20 mil millones de dólares durante los años 2002 y 2003.

De manera sorpresiva, el buque petrolero "Pilín León" fue movilizado al muelle de Bajo Grande con el propósito de rescatar los 44 mil litros de gasolina y gasoil que estaban secuestrados y redistribuirlos al pueblo zuliano.

A su arribo al puerto, el entonces presidente venezolano recibió a la tripulación y declaró el inicio de una nueva era de soberanía petrolera. 

"Ahora comienza la reestructuración a fondo de Petróleos de Venezuela. Aquí estamos recuperando Pdvsa junto al pueblo y a la Revolución Bolivariana, estamos llenos de amor dando la batalla por la dignidad y ganaremos la batalla", expresó Chávez hace 15 años. 

Desde entonces, la política venezolana en materia petrolera se centró en democratizar el acceso a la renta petrolera para satisfacer las necesidades de los venezolanos. 

El plan ha tenido continuidad con el presidente Nicolás Maduro, quien en pasado noviembre anunció la reestructuración de Pdvsa con el fin de lograr transformar la principal industria del país. 

Reestructuración de Petróleos de Venezuela

De acuerdo con Alexander Kórdan, durante la administración de Chávez se procuró establecer el control del Estado sobre la economía petrolera para lograr la democratización social y económica de la renta petrolera.

Especialistas venezolanos coinciden en que entre los mecanismos implementados por Chávez durante los primeros años de la Revolución, se priorizó la recuperación y nacionalización de las riquezas petroleras y energéticas venezolanas, que trajo como resultado la nacionalización de la Faja Petrolífera del Orinoco y de los Convenios de Exploración a Riesgo y Ganancias Compartidas.

Asimismo, el Gobierno también estableció nuevas leyes, las cuales incrementaron la recaudación de recursos por explotación petrolera, para lograr así un verdadero desarrollo económico del país "y dejar de regalar el petróleo como lo hizo la oligarquía durante un siglo entero a transnacionales petroleras".

La tercera medida del presidente Chávez fue el desarrollo integral de toda la industria petrolera, petroquímica y petrolífera, mientras que el cuarto objetivo fue poner al servicio del pueblo venezolano los grandes recursos que ingresan al país por dólares petroleros. 

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Además, destaca dentro los logros alcanzados en materia petrolera, el fortalecimiento de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Chávez impulsó en la organización medidas de largo alcance, como la banda de precios, políticas económicas, ambientales y sociales, así como convocó a coordinar estrategias para equilibrar la producción.

Logros sociales alcanzados por la Revolución

Entre los triunfos más destacados de la democratización económica y política impulsados por Hugo Chávez y continuada por Nicolás Maduro, se encuentran la reducción de la pobreza, el incremento del gasto social, la reducción de la desigualdad, la erradicación del analfabetismo, la reducción de la desnutrición, el aumento de los servicios y centros de salud, el aumento de pensionados y la reducción del desempleo

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Estos datos, certificados por instancias internacionalmente reconocidas, tales como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y las Naciones Unidas, reafirman los avances y el compromiso social del país latinoamericano en la lucha contra la pobreza, la desigualdad social y la reivindicación de los sectores más vulnerables.