El presidente de Estados Unidos (EE.UU.), Donald Trump, autorizó este martes la entrada a la nación norteamericana de refugiados, que llevaba 120 días paralizada, aunque ordenó una serie de medidas para reforzar el escrutinio de quienes solicitan refugio.

La orden emitida por Trump dificulta la entrada al país de los refugiados procedentes de 11 países no identificados, que solo podrán ingresar a EE.UU. en casos excepcionales durante 90 días, mientras el Gobierno estadounidense desarrolla una revisión sobre esas naciones.

"El secretario de Estado puede reanudar el viaje a Estados Unidos de los refugiados cualificados y cuyo historial haya sido adecuadamente revisado, y el secretario de Seguridad Nacional puede volver a tramitar las solicitudes para el reasentamiento de refugiados", afirmó Trump en su orden.

El Gobierno estadounidense no identificará a las 11 naciones, por considerar que eso puede dificultar sus operaciones de "aplicación de la ley", según indicó a periodistas una funcionaria que pidió el anonimato.

Durante el período de 90 días que durará la revisión, algunos refugiados de esos 11 países podrán ser admitidos si, tras revisar su caso, se considera que aceptarlos encaja con "el interés nacional" de EE.UU. o que "no presentan un riesgo para la seguridad" del país, agregó la fuente. 

Fuentes oficiales aseguran que ese decreto reemplaza al que Trump emitió en marzo pasado de este año, y que entró en vigor en junio, cuando se prohibió durante 120 días la entrada a EE.UU. de refugiados de todo el mundo, un plazo que terminó este martes sin que el presidente haya decidido extenderlo.

En ese plazo, el Gobierno llevó a cabo una revisión del Programa Estadounidense de Admisiones de Refugiados (Usrap, por su sigla en inglés) para definir e implementar nuevos controles de seguridad, señala el comunicado.

En consecuencia "el presidente ha emitido una nueva orden ejecutiva que contempla la reanudación general del Usrap".