El ferrocarril de la región de Valonia y en Bruselas, Bélgica, no está prestando servicio debido a una "huelga salvaje", calificada así por el Gobierno, y que inició el miércoles por los trabajadores del transporte, en una acción por la que el Gobierno acusó a los huelguistas de "tender una trampa" a los usuarios.

La Sociedad Nacional de los Ferrocarriles Belgas lamentaron los paros por medio de un comunicado y anunciaron medidas para asegurar el tráfico de trenes y limitar las perturbaciones.

Además, las consecuencias de la huelga también se han notado en las carreteras, con decenas de kilómetros de atasco y tráfico lento en las entradas a Bruselas.

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Según la prensa local, el paro de los trabajadores convocado sin previo aviso afectó a la región de Flandes, en sus enlaces con Bruselas y Valonia y no tanto en su tráfico interno.

Por su parte, el ministro de Movilidad, François Bellot, criticó que los trabajadores hayan organizado un paro sin preaviso, pese a haber pactado con las autoridades en 2009 un "protocolo para combatir las huelgas salvajes".

Bellot lamentó que se haya "tendido una trampa" a los usuarios de este transporte, en especial a los estudiantes que están en plena temporada de exámenes.

Por ello, el ministro ha instado a sindicatos y patronal a retomar el diálogo y el "sentido común" para tratar de cerrar un acuerdo.

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