Las largas jornadas de caminata, aunadas a la escaza alimentación a las que se han expuesto, ha ocasionado críticos cuadros de desnutrición entre los refugiados de la República Centroafricana que se encuentran huyendo del conflicto en su país.

"La situación de los refugiados que están llegando es alarmantemente peor que hace dos meses. Nunca hemos visto una situación nutricional semejante", dijo el director de operaciones de Médicos Sin Fronteras (MSF), Jean Clement Cabrol, refiriéndose al reciente grupo de refugiados que llegó a Camerun.

En rueda de prensa en Ginebra, donde la organización humanitaria tiene su sede internacional, el responsable sostuvo que el umbral de casos de desnutrición ha pasado del grupo de niños menores de cinco años -la referencia más utilizada- hasta los de 10 y 11 años.

Sobre el estado nutricional de los refugiados que están llegando a Camerún, Cabrol explicó a los periodistas que se debe a que "no han comido, quizás han estado enfermos y a pesar de eso han caminado entre dos y cuatro meses".

Para la organización es preocupante que "la mortalidad duplica y en algunos casos hasta triplica el umbral establecido para situaciones de emergencia", con una tasa diaria de 6 por cada diez mil personas. Del mismo modo, MSF precisó que la malnutrición se ceba en los niños, pero en este caso está afectando también a mujeres embarazadas, lactantes y adultos, con una tasa del 40 por ciento.

Cabrol también manifestó que la desnutrición y sus complicaciones son justamente las principales causas de muerte entre la población de refugiados, musulmanes en su mayoría, aunque hay pequeños grupos de cristianos que también han llegado a Camerún.

La crisis en la República Centroafricana se acentuó con la toma del poder por parte del grupo insurgente Seleka, que luego tuvo que ceder el poder, tras lo cual surgió la milicia cristiana "Anti-balaka", con evidencias de que ambas partes han sido responsables de masacres y abusos.