El jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, enfrenta una serie de escándalos de corrupción que han fracturado a la fuerza política del Partido Popular (PP), debido a las investigaciones que revelan contratos y pagos ilegales en el marco de la llamada “Operación Púnica”, indicó el diario español El Tiempo.

Este caso, es solo uno más que se suma a los cerca de 800 que se han producido desde el año 2000. Todo tipo de autoridades institucionales se ha visto involucrado en casos de corrupción: desde alcaldes de pequeños pueblos, como el de Boadilla del Monte, hasta exvicepresidentes, como Rodrigo Rato, mano derecha de José María Aznar durante su gobierno, expresidente del Fondo Monetario Internacional y de Bankia.

El 44 por ciento de los municipios que se encuentran bajo investigación por corrupción estaban o están gobernados por miembros del PP. El 31 por ciento por los del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Un 22 por ciento partidos nacionalistas locales y un 3 por Izquierda Unida (IU). El más beneficiado en esta situación es Podemos, nuevo movimiento que muchos ven con esperanza.

El propio Mariano Rajoy se excusó por “haber situado en puestos de los que no eran dignos a quienes en apariencia han abusado de ellos”.

La expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre (del PP), aseguró sentir una profunda vergüenza. “Pido perdón a los madrileños y a los militantes” dijo en una rueda de prensa sobre la detención de Francisco Granados, que fue su mano derecha.

Según la última encuesta del Centro Investigaciones Sociológicas de España, la corrupción y el fraude constituyen la segunda preocupación de los españoles, luego del desempleo.

Acorralado 

Rajoy ha recibido críticas del líder de Izquierda Unida, Cayo Lara, quien le recordó que "la gente está indignada", pues "el virus de la corrupción ha llegado a las entrañas del sistema, la corrupción es sistémica".

Lara pidió a Rajoy que "dimita, disuelva las Cortes y convoque elecciones". Por su parte, Rosa Díez, vocera de la Unión Patriótica y Democrática  (UPyD), lo encaró y calificó los hechos de "emergencia democrática", y otros congresistas de la izquierda le recalcaron que "no se admiten disculpan de corruptos".