Los vigilantes humanos tienen competencia con el 'K5'. Se trata de un robot fabricado por la empresa Knightscope desde finales del 2013.

Con metro y medio de altura y 136 kilogramos de peso, no es precisamente un juguete manejable. Pero sí ofrece el espacio para crear una criatura autónoma, que bien puede parecerse con las aspiradoras en su funcionamiento.

Aunque K5 no lleva armas, si alguien camina delante de él, se detendrá abruptamente. Si se siente como que está siendo detenido, una alarma incorporada en el robot comenzará a sonar como una señal de advertencia, mientras que una alerta se envía a un centro de control remoto. 

Cuando alguien sigue molestándolo, el robot K5 da una alarma estridente, el envío de una alerta que le indicará al operador para comprobar su entorno a través de un software basado en navegador. El operador entonces hablará con cualquiera que pudiera estar acosando al robot.

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