El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, aseguró este lunes que no tolerará más casos de corrupción registrados en su país como los sobornos de la constructora brasileña Odebrecht.

"No permitamos bajo ninguna circunstancia que se detengan las investigaciones que lleven al final a sancionar a quienes han expoliado los recursos de la patria", dijo el mandatario en una ceremonia pública de cambio de guardia presidencial en la plaza de la Independencia, frente a la casa de gobierno en el centro colonial de Quito, donde miles de personas se concentraron para dar una muestra de apoyo al mandatario.

Las declaraciones de Moreno fueron en referencia a la ruptura y al distanciamiento con su vicepresidente, Jorge Glas, a quien le retiró funciones la semana pasada luego de que se revelaran audios que lo relacionarían con el caso Odebrecht, aunque la justicia aún no ha demostrado nexos concretos.

La Fiscalía de Ecuador investiga la trama de sobornos de Odebrecht tras la revelación del Departamento de Justicia de Estados Unidos (EE.UU.) en diciembre pasado, de que la firma pagó entre 2007 y 2016 unos 33,5 millones de dólares a funcionarios ecuatorianos.

El vicepresidente Jorge Glas, acusado por la oposición de estar involucrado en presuntos casos de corrupción, ha acudido ante la Fiscalía a rendir testimonio por el tema de los sobornos, que deja una decena de detenidos en Ecuador, entre ellos un tío suyo y un exministro del expresidente Rafael Correa (2007-2017), antecesor y copartidario de Moreno.

Para el vicepresidente lo sucedido es "una persecución política que tiene como ejes, como actores nuevos a funcionarios de la Contraloría General del Estado", debido a un reciente informe emitido por esta entidad que reveló indicios de responsabilidad penal en su contra por irregularidades en la adjudicación de un contrato petrolero.