El presidente de Uruguay, José “Pepe” Mujica, decidió conservar el automóvil Fusca que usa muchas veces incluso para actividades oficiales, descartando las ofertas que recibió de un jeque árabe y un diplomático mexicano.

“Desde siempre somos amigos de los Fuscas; con el paso de los años, cuando intentábamos cambiar la suerte del mundo en que vivimos, nos enamoramos de los Fuscas”, dijo este viernes en su audición radial semanal.

“Nunca lo podremos vender porque ofenderíamos a ese puñado de amigos que se juntaron para hacernos ese obsequio. Naturalmente, esos dos Fuscas van a vegetar en los viejos galpones mientras estemos vivos y el provenir dirá cuál es su destino”, agregó el Mandatario uruguayo.

Mujica afirmó que las ofertas existieron pero supo que muchos de sus compatriotas exigieron en las redes sociales que el automóvil se quede en el país. “No sé si algún día se va, pero mientras yo viva va a dormir en el galpón y de vez en cuando dará una vueltita por el barrio”, agregó.

La semana pasada, durante una breve visita a Brasilia donde se reunió con la presidenta, Dilma Rousseff, Mujica pidió a los periodistasque no se preocuparan por la oferta de un millón de dólares que le hizo un jeque árabe por su Volkswagen “Fusca” del año 1987.

También había trascendido en la semana que un diplomático mexicano ofreció 20 camionetas por el Fusca para subastarlo en su país.

El Fusca, de color celeste, está en perfecto estado de conservación y Mujica lo suele manejar por las calles de Montevideo.