El mensaje que arrojará la expulsión total del autodenominado Estado Islámico (Daesh, en árabe) de la ciudad siria de Alepo, será que el presidente de ese país, Bashar Al-Asad no abandonará el Gobierno, así lo explicó un corresponsal de la BBC.

Los bastiones de los terroristas prooccidentales están siendo derribados en el entorno de Damasco por la ofensiva del ejército sirio, con el apoyo de la aviación rusa. Al caer Alepo, el Daesh no tendrá posibilidades de retomar el control. 

"La batalla por Alepo debería terminar pronto. Los terroristas no tienen mucho tiempo. O se riden o se mueren", declaró el director del Comité de seguridad de Alepo, teniente general Zaid al- Saleh. 

Los terroristas perdieron más de 85 por ciento del territorio que controlaban desde hacía tres años, según cifras oficiales.

"Se trata no solo de la recuperación del control por parte de Damasco (capital siria) de una de las ciudades más amplias en el norte del país, la antigua capital económica de la república, sino de un serio cambio en el equilibrio de las fuerzas del mapa sirio", afirmó el docente del Departamento de politología de la Universidad de Finanzas de Rusia, Guevorg Mirzayán.

Según el experto lo aliados pueden liberar varios miles de soldados para otras operaciones ofensivas, también pueden liberar Idlib o ir a Al Raqa, principal bastión de los terroristas en Siria.

"Las prioridades del mundo no concuerdan con las de la oposición siria (apoyada por EE.UU.), la comunidad internacional busca luchar contra el Daesh, no sacar a Asad del poder", explicó el profesor de la Escuela de Economía de Londres, el profesor Fawaz Gerges. 

"Estamos en los momentos finales antes de declarar la victoria del Ejército Árabe Sirio en la batalla del este de Alepo. Lo podríamos anunciar en cualquier momento", anunció una fuente militar siria a la agencia de noticias Reuters. 

En algunas localidades de Siria, los ciudadanos comenzaron a celebrar la inminente derrota de los terroristas en Alepo.