Piedad Córdoba: No hubo pruebas, ni testimoniales para acusarme
La exsenadora colombiana Piedad Córdoba se pronunció este miércoles tras haber sido habilitada nuevamente por el Consejo de Estado como figura política en su país y aseguró que no hubo pruebas, testimoniales ni técnicas para ser acusada de "participación indebida en la política".
"Mi caso se convierte en un caso icónico de persecución. Mucha gente no tiene la oportunidad de defenderse como lo hice yo", apuntó.
La también defensora de los Derechos Humanos ofreció una rueda de prensa luego de que este martes el Consejo de Estado decidiera suspender la segunda sanción de 14 años que la inhabilitaba políticamente. La primera, de 18 años, fue eliminada en agosto de este año.
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Comentó que la determinación del Consejo marca un precedente, histórico, jurídico e importante en la justicia, a pesar de que “podemos decir que la justicia ha fallado. Lo que queda es seguir trabajando para lograr a paz en la nación”.
Córdoba recalcó que en un país donde la política funciona debería abrirse debate sobre las arbitrariedades del procurador Alejandro Ordóñez, a quien el Consejo de Estado le anuló la reelección. El Senado no le recibe la renuncia y no hay pronunciamiento al respecto.
La excongresista fue sancionada disciplinariamente por el Ministerio Público por "colaborar y promover la guerrilla de las FARC-EP", esto con base en la información encontrada en los computadores hallados en el campamento de "Raúl Reyes" cuando fue bombardeado.
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La Corte Constitucional valoró las pruebas presentadas por la Procuraduría y dijo que eran legales, sin embargo, la Corte Suprema de Justicia declaró que la cadena de custodia del computador de Reyes se había roto, por lo que no había forma de garantizar que lo hallado en él fuera verdad.
En contexto
La exsenadora Piedad Córdoba fue designada en el año 2007 como mediadora ante las FARC- EP para lograr la liberación de los retenidos por el grupo insurgente. Córdoba logró la liberación de más de 10 personas entre ellas Clara Rojas, jefe de debate de Ingrid Betancourt cuando esta aspiraba a la Presidencia de Colombia.
La necesidad de buscar un acercamiento con las guerrillas para generar una solución pacífica al conflicto armado e incluso lograr una zona de despeje para el Ejército de Liberación Nacional (ELN) provocó el secuestro en 1999 de la líder de izquierda por parte de las fuerzas paramilitares bajo órdenes de Carlos Castaño, máximo comandante de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
El exsubdirector del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), Jaime Garzón, había entregado a los paramilitares unas grabaciones donde se escuchaba a Córdoba hablar sobre una posible negociación de paz.
Piedad le explicó a Castaño que esas conversaciones se dieron porque en ese momento era presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado.
Tras ser liberada debió huir a Canadá hasta el año 2001 cuando retornó a Colombia para abrirse paso en el campo político.