La alta comisionada adjunta para los Derechos Humanos de la ONU, Kate Gilmore, aseguró este miércoles que el aumento de la violencia en zonas rurales de Colombia refleja las dificultades que atraviesa el proceso de paz en ese país.

"El reciente incremento de la violencia que hemos observado en áreas rurales ilustra de forma contundente el peligro que representan los actores armados que participan en el crimen organizado y otras actividades económicas ilegales", aseveró.

"Esto debe ser resuelto, como lo debe ser también la corrupción y la desigualdad en el disfrute de los derechos económicos, sociales y culturales", destacó la alta funcionaria en una sesión del Consejo de Derechos Humanos.

Al presentar un primer análisis de la implementación del acuerdo de paz, suscrito entre el Gobierno de Bogotá y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del Pueblo (FARC-EP), Gilmore recordó la importancia vital que tiene respetar los derechos de las víctimas del conflicto armado.

Entre esos derechos mencionó las reparaciones y la rendición de cuentas ante la justicia de violaciones de los derechos humanos.  

El 21 de marzo el  representante del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Todd Howland, se dirigió al Congreso de Colombia para expresar su temor por la fragilidad del acuerdo de paz alcanzado entre el Gobierno y las FARC-EP.

“Hoy estoy aquí para comunicarles mi miedo. Mi miedo por su país. Tengo un miedo muy grande de que la esperanza del Acuerdo de Paz con las FARC no va a producir la No Repetición de las violaciones de derechos humanos, para la gente que vive y ha vivido por décadas afectada por el conflicto, porque la realidad de la gente que vive en las áreas de influencias de las FARC, ya está cambiando, y no es para mejor”, aseguró Howland.

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