Unas 500 mil focas son asesinadas anualmente en todo el mundo por cazadores furtivos que se dedican a comercializar su piel. Se trata de un crimen sin precedente que atenta contra la existencia del importante mamífero marino.

Las focas también son víctimas de pescadores y agricultores que las matan para evitar que se coman el salmón y otras especies consideradas las más vendidas dentro del sector pesquero a escala mundial. 

En ocasión del Día contra la Matanza de Focas, defensores de los animales y Organizaciones No Gubernamentales (ONG) aseguran que la población se interesa poco por una de las mayores masacres de animales que existe en el mundo. 

Todos los 15 de marzo se realizan jornadas en varias ciudades con la finalidad de concienciar a la población sobre el daño que sufren las focas, y exigir a las autoridades que frenen la matanza contra un animal en peligro de extinción. 

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Las focas mueren cruelmente abatidas con un palo o cualquier otro instrumento para posteriormente obtener su piel tan cotizada. En el 2001 un equipo internacional de veterinarios confirmó que 42 por ciento de las focas asesinadas fueron despellejadas aún en vida.