Más de 30 militares sirios murieron la madrugada de este miércoles tras un atentado dinamitero contra la sede de la administración de transporte del Ejército en la localidad de Harasta, a cuatro kilómetros al este de Damasco, confirmaron fuentes oficiales.

La carga explosiva de casi dos toneladas fue introducida a través de un túnel que conducía hacia el edificio de cuatro plantas, el cual quedó totalmente destruido, según medios locales.

También este miércoles ocho civiles resultados heridos, entre ellos un menor de edad, en el poblado de Foa, en el campo de la provincia septentrional de Idleb, tras ser bombardeado con cohetes por el denominado “Ejército de Conquista”, que pertenece el Frente al Nousra.

La República Árabe de Siria sufre desde marzo de 2011, una de las agresiones terroristas más sangrientas por parte del autodenominado Estado Islámico (Daesh en árabe), el Frente al Nousra y la oposición armada, quienes son apoyados por Occidente con financiamiento, armas y entrenamiento.

Para octubre de 2015 la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) reveló que se registraron 4 millones 180 mil 631 refugiados sirios en los países vecinos, dos millones de ellos en Jordania, Iraq y El Líbano. Un millón 900 mil sirios fueron recibidos en Turquía y otros 26 mil 700 refugiados en el norte de África. 

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas adoptó el pasado 26 de febrero de 2016 con 15 votos a favor la resolución 2268-2016 para el cese de las hostilidades en Siria. El documento exige que todas las partes del conflicto acepten el acuerdo y cesen los ataques con cualquier tipo de armas, incluyendo cohetes, morteros y misiles guiados antitanque.

El acuerdo que ha sido aceptado por al menos 100 facciones armadas, fue promovido por Rusia y Estados Unidos y respaldado por la ONU. 

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