La adolescente paquistaní Malala Yousafzai y el presidente de la Marcha Global contra el Trabajo Infantil, el indio Kailash Satyarthi, recibieron este miércoles el Nobel de la Paz por su lucha por los derechos de los niños.

En el acto, que se llevó a cabo en el ayuntamiento de Oslo (capital de Noruega), estuvo presente la familia real. Posterior a la entrega de los Nobel de la Paz, el rey Carlos Gustavo de Suecia, entregará los de Medicina, Física, Química, Literatura y Economía.

La gran figura mundial del combate en favor de la educación de las niñas, la adolescente pakistaní Malala Yousafzai, con apenas 17 años, es la galardonada más joven de la historia de estos premios. "Un profesor, un libro y un bolígrafo pueden cambiar el mundo", dijo cuando recibió el premio.

Tiroteada en 2012 por integristas talibanes por defender la educación femenina en su país, Malala se ha convertido en el portavoz principal de la lucha por los derechos de las niñas a la educación.

"En este mundo en el que nos creemos tan modernos y desarrollados, porqué hay tantos países donde los niños no piden un Ipad o un ordenador sino simplemente un libro o un bolígrafo?" dijo Malala el martes en rueda de prensa en el Instituto Nobel de Oslo.

Por su parte, el veterano activista de los derechos de los niños, el indio Kailash Satyarthi, lucha desde 1980 para sacar a los miles de niños indios que trabajan en fábricas, en régimen de cuasi esclavitud. “No hay mayor violencia que negar a los niños la posibilidad de soñar”, dijo durante la ceremonia de entrega del premio.

Asimismo, durante la rueda de prensa del martes, junto a Malala dijo que "cuando un solo niño corre peligro todo el mundo corre peligro. Cuando un niño no puede tener acceso a la educación es todo el mundo que carece de luz, en mi opinión".

Su organización, Bachpan Bachao Andolan (Movimiento para salvar a la infancia) asegura haber liberado a unos 80 mil niños que trabajaban en fábricas y talleres.