El presidente de Argentina, Mauricio Macri, ordenó a todos sus ministros presentar en los próximos días un informe con eliminación de gastos y programas para el 2018, con el objetivo de crear un presupuesto donde mande la "austeridad" y lograr reducir el déficit fiscal.

"Todas las prestaciones sociales, jubilaciones y lo que le llega a la gente estará respetado y en muchos casos incrementados y vamos a ir por el lado de los problemas que nos dejó el kirchnerismo en subsidios sobre subsidios y corrupción", aseguró la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, quien actuó de vocera y prometió que no habrá despidos ni disminución de planes sociales o jubilaciones.

Bullrich sostuvo que el "presupuesto de 2018 será austero y con menor peso del Estado sobre la economía" y que los detalles los dará el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne "en su tiempo".

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En la reunión se reconoció que el Gobierno podía darse el lujo del gradualismo mientras había financiamiento externo, pero sin el dinero del blanqueo y sin las inversiones, el gradualismo queda fuera de las opciones para ajustar.

Un informe publicado por la Universidad Católica Argentina, que mide la pobreza y la desigualdad del país, revela que las medidas de ajuste económico del Gobierno argentino agravaron el escenario de crisis, "más recesivo y adverso en materia de empleo y poder adquisitivo para amplios sectores sociales”.

En quince meses de gestión presidencial de Mauricio Macri un millón 500 mil argentinos pasaron a ser pobres y 600 mil cayeron en la indigencia, sostiene el estudio del Observatorio de la Deuda Social Argentina (marzo 2017).

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