Ya camina por tierra firme, pero todavía sueña con los 14 kilómetros que le separaban de Europa. Partió sola hace años de Camerún para encontrar El Dorado, pero tras atravesar el estrecho, junto a otros diez africanos en una pequeña balsa de plástico ahora cree que no merece la pena arriesgar tanto.

“No fue fácil, nosotros sabíamos que arriesgábamos nuestras vidas por atravesar el mar Mediterráneo, porque antes que nosotros fueron muchos los que murieron en este mar, antes que nosotros muchos niños murieron en el agua” relata Zaineb. Ahora vive en un centro de Migrantes de Cruz Roja y como muchos jóvenes llegó a Marruecos buscando atravesar el estrecho y llegar a Europa.

Como ella son muchos los que se juegan la vida intentado atravesar, sus labios relatan su historia y sabe que pronto serán sus hermanas las que quieran llegar a Europa. “Yo ya estoy acá y no puedo aconsejar a mis hermanas que arriesguen sus vidas en el Mediterráneo”. Esta joven migrante, como muchos otros, creyó que encontraría respuestas a su vida pero ahora tras varios meses de su llegada pide a sus familiares que no arriesguen: “aquí no está El Dorado”.

“Sé que no es fácil en nuestros países africanos pero no es la mejor opción, porque al final no encuentras una vida mejor”. En los países africanos, las redes sociales y los medios de comunicación locales presentan a Europa como una realidad que lleva a muchos africanos a buscar respuestas a la situación de expolio continuado de sus naciones.

La realidad es que en Europa la crisis económica y social ha llevado a los gobiernos neoliberales a aplicar políticas contrarias a los derechos de los propios migrantes. Es el caso de la operación “Tritón” en el Mediterráneo, que en lugar de salvar a los migrantes, está orientado a dificultar mas su acceso a Europa y fortalecer las barreras. La anterior estrategia, denominada “Mare Nostrum”, se enfocaba en el salvamento de los migrantes en el mar. 

Pero sin duda la joya de la corona está en España, la aprobación de las devoluciones en caliente facilita, según los expertos, la búsqueda de nuevas técnicas para cumplir sus objetivos. “No se puede poner barreras al campo” señala Isaías Barrenada, de la Red Euromediterránea de DDHH quién resalta que “no se puede despojar a las personas, que se ven forzadas a migrar, de sus derechos fundamentales”.

Las políticas fronterizas favorecen a la ruta más peligrosa del mundo ya que en los primeros tres meses de 2015 han muerto 480 personas intentando alcanzar la costa italiana, según la Organización Internacional de Migraciones (OIM), mientras que en el mismo periodo del año pasado murieron 50. Más de 10.000 consiguieron llegar, según datos del Ministerio de Interior.

En todo el año 2014 se estima que fallecieron ahogadas unas 3.500 personas, mientras 170.000 consiguieron llegar a Italia. Las políticas de la UE engordan el cementerio líquido más grande del mundo.

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