El Gobierno libanés descarta una guerra con Israel pero mantiene estado de alerta en la frontera tras los ataques recibidos, a pesar de haber recibido garantías de varias instancias diplomáticas de no vivir nuevamente una guerra como la ocurrida en el 2006.

El temor del Estado libanés se deriva tras la muerte de dos militares israelíes que dejó el enfrentamiento armado entre movimiento Hezbolá y el Ejército sionista suscitado el pasado miércoles al sur de ese país, es por ello que el Gobierno mantiene tropas libanesas en la frontera.

Además de esta muerte, el ataque de comandos de Hezbolá a un convoy de nueve carros de las Fuerzas Armadas israelíes también provocó lesiones a siete uniformados y el disparo de más de 30 proyectiles de artillería pesada por parte de las tropas de Tel Aviv contra este país.

El primer ministro de El Líbano, Tammam Salam, conversó por teléfono con diplomáticos y representantes de varios países árabes y occidentales para llegar a un acuerdo en el que no se genere una nueva guerra sin sentido.

Salam habló con la coordinadora especial de la ONU para El Líbano, Sigrid Kaag, con los embajadores británico y estadounidense, y otros árabes quienes ofrecieron garantías de que lo acontecido en el enfrentamiento no se saldrá de control.

Por su parte, los líderes de Hezbolá indicaron que el ataque perpetrado no es más que una respuesta a la agresión aérea de la que fueron víctimas el 18 de enero y en la que murieron seis combatientes cuando realizaban una misión de reconocimiento en un área de los Altos del Golán sirio ocupado por Israel en la provincia de Quneitra.