Representantes de organizaciones civiles, comunitarias y movimientos defensores de derechos de inmigrantes anunciaron este jueves que marcharán durante el feriado de Acción de Gracias en varios estados de EE.UU. para exigir al presidente Barack Obama, que ejecute la reforma migratoria que necesitan más de 11 millones de latinos. 

Los activistas esperan que el Gobierno actúe contra la negativa republicana y adelante el proyecto de ley migratorio aprobado por el Senado en junio de 2013.“Debe ser una acción afirmativa de manera que los trabajadores no queden en las sombras (...) que nos proteja a todos”, dijo el presidente sindical de AFL-CIO en Estados Unidos, Richard Trumka. 

La reforma migratoria no fue votada en el Cámara de Representantes debido a la férrea oposición de los legisladores del Téa Party y la falta de atención del presidente, el republicano John Berner. 

Obama dijo este miércoles que a finales de este año haría un anuncio sobre la reforma migratoria, pese que el líder republicano- de mayoría en el Senado- Mitch McConnell, le advirtió que avanzar el proyecto migratorio sería un “envenenamiento a plazo para cooperación bilateral”. 

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Los hispanos reclamarán de cualquier manera por un reforma integral, demanda que acompañará el presidente de la Casa Maryland, Gustavo Torres, quien señalo que las movilizaciones agotarán las instancias para que el Congreso de luz verde a la reforma. 

“Somos un movimiento y debemos hacer que todos los funcionarios políticos cumplan, incluso el presidente (...) el mensaje será que es hora de actuar”, dijo Torres. 

Aunque los legisladores demócratas tratan de convencer a sus electores de la razón por la que Obama decidió esperar hasta después de estas elecciones para tomar algún tipo de medida ejecutiva que alivie la situación de millones de irregulares,la derrota electoral del mandatario estadounidense pone en vilo la ejecución de la reforma. 

Los republicanos no sólo se quedaron con la mayoría del Senado y en la Cámara de Representantes, sino con gobernadores en estados que no habían visto los colores del "Old Party" en mucho tiempo. Ahora, Obama no solo enfrenta crisis económica, migratoria e impopularidad, sino una minoría parlamentaria que no vislumbra un nuevo período presidencial.