El vicepresidente iraquí Nouri al Maliki afirmó este viernes que sin la intervención rusa en Siria, el Gobierno del presidente Bashar al-Asad hubiera caído y los extremistas hubieran ocupado Bagdad.

"Sin la participación de Rusia en el problema sirio, que se diferencia del enfoque de Estados Unidos, el Gobierno de Siria se habría derribado, lo que conllevaría a la activación de los terroristas y la transformación del mapa de la región, y al final Bagdad habría caído", sostuvo al Maliki.

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En septiembre de 2015, Rusia inició una ofensiva aérea en Siria a petición de al-Asad, para detener la expansión de los grupos terroristas como el autodenominado Estado Islámico (Daesh, en árabe) y el Frente al Nusra (también conocido como Fatah al Sham), proscritos en numerosos países.

Medio año después, retiró el grueso de sus fuerzas al dar por cumplida su misión, aunque mantuvo su presencia militar en la base aérea de Hmeymim y en el puerto de Tartus y no renunció a sus compromisos de suministros de armas y formación de los militares sirios. Además, activó en Siria el Centro ruso para la Reconciliación.

Desde marzo de 2011, Siria experimenta un conflicto armado en el que las tropas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición y a organizaciones extremistas.

Según datos de altos cargos de las Naciones Unidas (ONU), entre 300.000 y 400.000 personas perdieron la vida en el conflicto.

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