El 23 de marzo un grupo de indígenas mayas partió de Simojovel, en el estado de Chiapas, en una peregrinación de cuatro días en la que recorrerán 240 kilómetros para denunciar que la situación que enfrenta su estado es muy similar a la que se vive en otros estados como Guerrero, los cuales están controlados por la delincuencia organizada.

De acuerdo a un comunicado emitido por el Consejo Parroquial, participante en la peregrinación, “Simojovel es el reflejo pequeño de lo que pasa en todo el país”.

Los indígenas aseguran que esta situación ha sido permitida y tolerada por funcionarios de los tres niveles del gobierno mexicano.

La peregrinación además de ser una acción pacífica que exige paz, justicia y alto a la corrupción, es también y un acto de solidaridad con otros procesos en ese estado y el país, como La Masacre de Acteal, los desplazamientos forzados de San Marcos Avilés, Banavil y Primero de Agosot, así como la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.

​Los peregrinos van acompañados de organizaciones de Derechos Humanos y de la sociedad civil, así como medios libres para garantizar la seguridad de sus participantes.