El presidente de Francia, François Hollande, aseguró este lunes que la recuperación económica en ese país llegará pronto. Reveló que en las próximas semanas pondrá en marcha un reducción de impuestos para evitar que la inflación afecte a sus habitantes.

En otro punto, dijo que aplicará una pausa fiscal para dar respuesta a toda la clase trabajadora que se ha visto afectada por el alto índice inflacionario que ha venido atacando a todo el continente europeo desde hace varios años.

Sin embargo, profesionales de la economía de esa nación, afirman que actualmente existen más de tres millones de desempleados, cifra que alcanza un 4,3 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB). Por tanto, la deuda nacional es superior al 90 por ciento y las previsiones de crecimiento son apenas del 1 por ciento.

Su declaración se da al tiempo de que anunciará el recorte de 50 mil millones de euros de gasto público en los tres próximos años, que fueron aprobados en la Asamblea Nacional a pesar de la abstención de 41 diputados de su partido y a la oposición de los parlamentarios de otros partidos de izquierda.

A mediados del 2013, el Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos (Insee) de Francia, reveló que la tasa de desempleo en esa nación se ubicaba en el nivel récord del 10,6 por ciento en comparación con el cuarto trimestre de 2012.

Hollande, quien se convirtió en 2013 en el presidente más impopular de Francia, dijo que ese calificativo con el que se le juzgará al término de su mandato en 2017 es el empleo, y el mes pasado asumió públicamente que no volverá a ser candidato si no hay una reducción significativa del número de parados.