El centenar de reclusos asesinados la semana pasada en Brasil ponen en jaque al presidente de facto Michel Temer y lo sumergen en una nueva crisis sin solución por las evidentes fallas en el sistema penitenciario de Brasil.

El fraile dominico Frei Betto a través de una carta expresó que la criminalidad no tendrá solución mientras solo se pretenda aliviar los efectos de esta, pero no sus causas.

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Betto expresó su pesar por la manera como el gobierno de Brasil trata la situación carcelaria, pues hace poco Temer anunció como posible solución la construcción de nuevas cárceles, situación que lamentó el monje y, además, recordó que a la fecha Brasil tiene bajo prisión a unos 660 mil ciudadanos que podrían ser un millón en poco tiempo.

Como consecuencia de la matanza ocurrida a principios de año en el Complejo Penitenciario Anísio Jobin (Compaj), del estado de Amazonas, con un saldo de 56 presos asesinados y calificada por Temer como 'un accidente pavoroso', el gobierno presentó las nuevas medidas a tomar para "evitar" que situaciones como las ocurridas se vuelvan a presentar, sin embargo, la prensa local ha puesto en duda la efectividad de las acciones.

El plna se centra en dos acciones: la construcción, sin plazo definido, de nuevas cárceles en las 27 entidades federativas y de cinco presidios de máxima seguridad. Pero, según el portal de noticias UOL, esto solo reduciría a un 0,4 por ciento la carencia de espacio en las prisiones.

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En la actualidad en Brasil existen 622 mil 200 reclusos y los reclusorios solo tienen la capacidad de albergar a 371 mil 900.