Ecuador arrecia campaña contra Chevron por daños ambientales
El presidente de la República de Ecuador, Rafael Correa, reforzó este sábado la campaña "La mano sucia de Chevron", emprendida hace un año contra la transnacional petrolera estadounidense, acusada de daño ambiental en la Amazonía ecuatoriana.
Correa presentó en su programa semanal de radio y televisión “Enlace Ciudadano”, un video en español e inglés contra Chevron y lo difundió a través de su cuenta en Twitter.
El video de 30 segundos contiene un acróstico con las iniciales de Chevron: 'contaminación', 'horror', 'ecocidio', 'voracidad', 'ruin', 'ofensa' y 'negligencia'.
"¡Chevron, el mundo sabe el daño que causaste!", escribió Correa en su cuenta de Twitter.
La justicia de Ecuador condenó el año pasado a Chevron a pagar 9 mil 500 millones de dólares por daños en la Amazonía ecuatoriana, donde operó su filial Téxaco entre 1964 y 1990.
Ecuador calcula que la petrolera contaminó cinco millones de metros cúbicos de tierra y que abrió unas mil piscinas y fosas en las que depositó 64 millones de litros de crudo y 71 millones de litros de residuos sin ningún tratamiento ambiental.
Según la petrolera, que tilda de fraudulento e ilegítimo el fallo, Texaco cumplió con la reparación que le correspondía, y el daño ambiental fue generado por la estatal Petroecuador, con la que su filial operó en consorcio.
“Tenemos una lucha enorme ante esta empresa corrupta y corruptora de Chevron, domiciliada en Estados Unidos” había afirmado Correa a principios de agosto, asegurando que la trasnacional norteamericana ha gastado casi 400 millones de dólares en abogados y empresas de relaciones públicas para atacar al sistema de justicia ecuatoriano.
En ese sentido, la petrolera intenta que el Estado ecuatoriano asuma el pago de la indemnización a indígenas y campesinos amazónicos mediante un arbitraje planteado en La Haya.
Correa lanzó hace un año una campaña contra la compañía y ha invitado a varios actores internacionales, políticos y músicos a recorrer los lugares contaminados y hundir su mano en las piscinas de desechos petroleros.