Estados Unidos votó este martes en contra de levantar el bloqueo a Cuba, decisión que contradice los pronunciamientos realizados en los últimos meses por el presidente Barack Obama sobre la importancia de eliminar esa política. 

La representación de la Casa Blanca se opuso a la resolución de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos contra Cuba desde hace más de 50 años. 

Esta postura confirma que continúan vigentes las intenciones norteamericanas contra Cuba y deja en claro la falta de garantías de Washington en el proceso de restablecimiento de relaciones que emprendieron ambos países a partir del reinicio de los nexos diplomáticos el pasado 20 de julio. 

Aunque el voto de esa jornada es consistente con la posición mantenida por EE.UU. desde 1991, cuando Cuba comenzó a presentarla en la ONU, diferentes analistas y medios de prensa barajaban la posibilidad de que Washington se abstuviera en esta ocasión. 

Cuba exige todos los años el fin del bloqueo ante la ONU.

Ese pronóstico comenzó a difundirse desde que el 17 de diciembre de 2014 cuando el Presidente Obama y su homólogo cubano, Raúl Castro, anunciaran la decisión de restablecer relaciones diplomáticas, un proceso que se concretó el pasado 20 de julio, cuando también se abrieron embajadas en las capitales de los respectivos países. 

El pasado 28 de septiembre, en el seno de la ONU, el propio Presidente Obama aseguró que “el bloqueo ya no tiene cabida” y reiteró su llamado al Congreso estadounidense a eliminarlo así como también lo hicieron nueve gobernadores de ese país. 

De acuerdo con el jefe de Estado, las sanciones contra la isla no dieron los resultados esperados, y por tanto, no deben existir más. No obstante, Estados Unidos volvió a mostrarse a favor del bloqueo contra la isla en la Asamblea General de la ONU. 

Previo a la votación, diversos analistas habían augurado que si la representación norteamericana se mostraba de ese modo, sería para evitar una confrontación directa con los republicanos y demócratas del Congreso que se oponen al fin de esa política contra la mayor de Las Antillas. 

De hecho, el aspirante presidencial republicano Marco Rubio, quien es cubano-estadounidense, había expresado que de abstenerse, Obama privilegiaría “la popularidad internacional sobre la seguridad nacional y los intereses políticos de Estados Unidos en el extranjero”. 

Quienes esperaban al menos una abstención, pretendían que Obama presionara al Congreso para que levantara el bloqueo, pero ahora este movimiento se muestra en consonancia con quienes buscan la continuidad de esa política de asedio contra el pueblo cubano. 

Los efectos del bloqueo

Con su postura, Washington defendió nuevamente una política que ha provocado pérdidas económicas a Cuba por 833.755 millones de dólares, además de incontables daños sociales, con afectaciones directas a sectores sensibles como salud, educación, cultura, ciencia y tecnología.

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​El bloqueo contra Cuba viola los derechos humanos del pueblo caribeño. Esa medida atenta contra los principios y derechos fundamentales del Derecho Internacional, principio de igualdad soberana, principio de no intervención, principio de la independencia y derecho a la nacionalización. 

Según el texto de la resolución votada este martes, esa política económica mantenida por Washington contra La Habana hace más de medio siglo provoca perjuicios, a precios corrientes, por más de 121 mil 192 millones de dólares en los diferentes sectores de la isla caribeña.

Como parte del proceso que siguen ambos países para el restablecimiento de las relaciones bilaterales, Cuba exige el fin del bloqueo como paso imprescindible para avanzar en la construcción de esos vínculos. 

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