Las sanciones impuestas por Estados Unidos (EE.UU.) contra Rusia por el conflicto en Ucrania fueron prorrogadas por el presidente Barack Obama hasta después del 6 de marzo de 2016.

Según el decreto presidencial, las acciones de Rusia siguen representando “una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y la política exterior de EE.UU.”.

Las sanciones impuestas por EE.UU. desde marzo de 2014 fueron aplicadas contra funcionarios rusos de alto rango en rechazo a la posición de su país ante la crisis en Ucrania, tras el derrocamiento del presidente Víktor Yanukóvich.

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De acuerdo con datos del Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (Unicef, por su sigla en inglés), alrededor de 580 mil niños han sido afectados por el conflicto en la región del Donbas ucraniano. Según un comunicado del organismo internacional, 200 mil infantes (más de la tercera parte de los afectados) necesitan apoyo psicosocial.

El pasado 17 de febrero, cerca de un millar de ciudadanos protestaron frente a la embajada de Estados Unidos en Kiev contra las políticas injerencistas de esa nación norteamericana en Ucrania. 

En contexto

Las relaciones entre Rusia, la UE y Estados Unidos se han deteriorado por la situación en Ucrania.

En febrero pasado, el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, manifestó que las sanciones impuestas a Rusia por la crisis de Ucrania deben mantenerse todo el tiempo que sea necesario y le “sugirió” a Europa seguir el mismo lineamiento.

Por su parte, el Consejo de la Unión Europea (UE) prolongó en diciembre de 2015 por seis meses más las sanciones impuestas a Rusia en 2014, por lo que permanecerán vigentes hasta el 31 de julio de 2016.

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