El Departamento de Estados Unidos informó este miércoles que solo pretende admitir un máximo de 45.000 refugiados al país en el año fiscal 2018, tope más bajo que se ha establecido desde 1980. 

La propuesta fue presenta por el gobierno del presidente de EE.UU. Donald Trump, quien justificó la medida como parte de la necesidad de garantizar "la seguridad del pueblo estadounidense". 

En el reporte oficial enviado al Congreso se indica que el permiso incluye un máximo de 19.000 refugiados de África, 5.000 del este de Asia, 2.000 de Europa y Asia Central, 1.500 de América Latina y el Caribe y 17.500 de Medio Oriente y el sur de Asia, que se podrá admitir en el año fiscal que comienza el próximo 1 de octubre y concluirá el 30 de septiembre de 2018. 

La cifra será el mínimo desde que fue aprobada la ley de refugiados en 1980. Desde entonces, el límite nunca fue menor a 67.000 personas y en los últimos años estuvo entre 70.000 y 80.000.

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Para el año fiscal 2017, que termina el 30 de septiembre, el expresidente Barack Obama estableció un límite de 110.000 refugiados para establecerse de forma permanente en el país. Tras asumir el cargo, Trump emitió un decreto bajando el número máximo a 50.000 personas, diciendo que una cifra mayor sería "perjudicial para los intereses de Estados Unidos".

Trump, que durante la campaña electoral de 2016 criticó la política hacia los refugiados y alertó de que algunos podrían ser en realidad terroristas, ha prohibido temporalmente la entrada en el país de la gran mayoría de los refugiados del mundo durante 120 días, dentro de su veto migratorio.

Según funcionarios estadounidenses el tope se ha establecido teniendo en cuenta la "seguridad del pueblo estadounidense", y recordó que, pese a la reducción, Estados Unidos sigue siendo "el país del mundo que más refugiados acoge", por delante de Canadá.

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