La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por su sigla en Inglés) dio el visto bueno a la propuesta de enviar a las fuerzas del organismo a Irak y Siria para proteger los sitios considerados patrimonio de la humanidad ante las amenazas y los ataques terroristas del autodenominado grupo Estado Islámico (EI). 

De acuerdo con el diario británico The Guardian, la propuesta fue hecha por Italia a los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, y estos la apoyaron dada la reciente destrucción de lugares de relevancia cultural como la ciudad de Palmira, en la región central de Siria. 

"La UNESCO ha dicho 'sí' a los cascos azules culturales", expresó el ministro de Cultura italiano, Dario Franceschini, al rotativo británico a modo de celebración de la iniciativa que se implementará en los próximos días. 

Franceschini resaltó en un comunicado publicado en medios italianos, citado por The Guardian, que es deber de la llamada comunidad internacional actuar frente a las “terribles imágenes de Palmira”; mientras que el ministro de Exteriores italiano, Paolo Gentiloni, calificó la iniciativa de ser “la primera línea de defensa de la cultura”.

Miembros del Estado Islámico y grupos aliados han efectuado severos ataques contra el patrimonio cultural de Siria e Irak, desde que irrumpieron en esos territorios en el 2014. 

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Zonas como Hatra, Nimrud, y la antigua capital asiria de Jorsabad han sufrido daños estructurales graves que hay que evaluar para restaurarlos, enfatizan los ministros.  

Casos similares han ocurrido en África, específicamente en lugares históricos de Malí, con la destrucción de la ciudad de Tombuctú a manos de grupos mercenarios.

El Estado Islámico también ha destruido templos en el sitio del Patrimonio Mundial de la era romana, los arqueólogos destacan que la razón principal por la que los terroristas están eliminando de la faz de la Tierra grandes monumentos de la historia antigua en Siria e Irak, es ganar cantidades enormes de dinero por estas reliquias únicas.

Por estos continuos ataques terroristas y a petición del presidente de Siria, Bashar Al-Assad, el Ejército, en estrecha cooperación con la aviació militar rusa, empezó a bombardear objetivos del grupo extremista en Siria.

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