Con un saldo total de 7 mil 189 personas fallecidas, el 2016 se convierte en el año más mortífero para los refugiados e inmigrantes de todo el mundo, de acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Ese número supone una media de 20 muertes por día, lo que indica que la cifra total de fallecidos  puede aumentar aún entre 200 y 300 en lo que queda de año, afirmó la OIM en un comunicado.

"Es posible que muchas muertes pasen desapercibidas y no sean registradas por los Gobiernos o por los agentes humanitarios", destaca la organización.

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El conjunto de las víctimas contabilizadas por la OIM en 2015 ascendió a 5 mil 740 y en 2014 a 5 mil 267, cifras muy inferiores a los casi 7 mil 200 fallecidos registrados hasta la actualidad.

Según datos de la organización, todas las rutas habituales de migración, incluidas el Mediterráneo, el norte y el sur de África, África central y la frontera entre México y EE.UU. han registrado más fallecimientos que en 2015.

Las rutas del mar Mediterráneo fueron las más mortíferas, debido a que 4 mil 812 personas perdieron sus vidas al tratar de cruzarlo.

La OIM también denuncia que centenares de inmigrantes indocumentados y refugiados perdieron la vida en el continente americano, especialmente en la frontera entre México y EE.UU., donde se encontraron 176 cadáveres en todo el año.

Otro paso peligroso es la selva Darién entre Colombia y Panamá por donde cruzan miles de personas al año para dirigirse a Centroamérica en un intento de entrar a EE.UU.; se cobró 30 vidas.

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En contexto

Los conflictos internos de Siria, Iraq y Nigeria son los responsables de que los ciudadanos de estos países decidan tomar estas peligrosas rutas para escapar de la guerra. Por eso, el mar Mediterráneo es conocido como la “gran fosa común”.

En América, la ruta de cruce de la frontera entre México y EE.UU. es la responsable de la mayor parte de las muertes.