“Rousseff entre la espada y la pared”

© Por Pablo Virgili Benitez

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Solo un milagro político puede salvar a Dilma Rousseff de ser destituida definitivamente del cargo de Presidenta del Brasil. Ayer, solo 24 horas antes de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro la comisión especial del Senado brasileño encargada de analizar el juicio político a la mandataria votó a favor de que continúe el proceso: 14 votos contra 5.

En el informe el relator de la comisión se pronunció de manera tajante a favor de la continuidad del juicio a la mandataria  por un supuesto delito fiscal al maquillar las cuentas públicas y el presupuesto del país, culminando su intervención con el alegato de que los decretos de la mandataria eran un auténtico atentado contra la Constitución. Que gran paradoja por que no dijo que el auténtico atentado contra la Constitución es querer destituir a una presidenta electa por votación popular y que está en todo su derecho a terminar el mandato que el pueblo le dio, ese si es un feroz atentado a la Constitución.

¿Qué se viene ahora? El pleno del senado integrado por 81 senadores debe decidir la próxima semana sobre la continuidad del proceso y luego se iniciaría el juicio final a partir del 29 de agosto. Para la decisión definitiva se necesitan 54 votos las dos terceras partes de la Cámara alta. Todos los analistas dan por asegurada esa votación y la destitución definitiva de Rousseff, dicen que lo que falta es “puro trámite”.  Si así ocurre y Rousseff es separada del cargo, ocupara su puesto su Vicepresidente y actual presidente interino Michel Temer que culminaría su mandato hasta las elecciones del 2018.

Si Rousseff es destituida no culminará el ciclo de gobierno del Partido de los Trabajadores como muchos periodistas y analistas afirman, ese ciclo lo garantizará y continuará el pueblo que votó a favor de su presidenta, que si es separada de su cargo será a través de un golpe de estado parlamentario. Si se concreta esta decisión quedará demostrado que ya no se necesitan militares armados para tomar por la fuerza el poder, solo hacen falta senadores y diputados corruptos con ansias de poder y con derecho al voto no para leyes a favor de la mayoría sino a favor de las minorías elitistas y burguesas de siempre…

El tiempo tiene la última palabra.

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