“Cuba y sus migrantes, mucha tela por donde cortar”

© Por Pablo Virgili Benitez

Desde el surgimiento de la humanidad las migraciones han sido cosa del diario, los seres humanos se han movilizado de un lugar a otro para buscar mejores condiciones de vida o un mejor lugar para vivir. No es extraño que hasta en la Biblia, el primer libro escrito por seres humanos se hable de las migraciones.

Desde hace mucho tiempo Cuba ha sido un país de migrantes, de hecho fuera de la isla viven diseminados por todos los países del orbe cerca de 3 millones de cubanos. En su historia nacional ha tenido varios éxodos masivos como el de Camarioca, el del Mariel en 1980 donde emigraron algo más de 120 mil personas, la crisis de los Balseros en 1994 y desde allí hasta la fecha han sido constantes los intentos de los cubanos por emigrar de la isla por varias vías y formas. 

No es desconocido para nadie la crisis humanitaria que se vivió en Centroamérica donde se encontraban varados miles de cubanos en su intento por llegar a los Estados Unidos. Esta crisis ha servido de partida para manifestaciones políticas y roces entre gobiernos, pero sobre todas las cosas ha servido de negocio para las aerolíneas, y  ha servido también  para los coyoteros y traficantes de personas que intentan enriquecerse a costa de los migrantes desesperados.

Todo el mundo sabe que Ecuador era el punto de partida en el largo bregar de los inmigrantes cubanos por todo el continente hasta llegar a los Estados Unidos, es cierto que aun en este país hay miles de cubanos que desean continuar su viaje y hacen incesantes gestiones ante las autoridades nacionales e internacionales por lograr su meta.

Desde el 2008 Ecuador abrió las puertas a los cubanos firmando un tratado de exención de visas con el gobierno de Cuba, desde ese periodo hasta la actualidad emigraron miles de “isleños” que hoy se calculan viven en Ecuador 40 mil. Ecuador también facilitó a los cubanos que obtuvieron la residencia permanente la posibilidad de amparar a su visa a familiares de cualquier grado de consanguinidad. Que muchos no se hayan podido legalizar es cierto, que se encuentran irregulares también, pero de que hubo y hay oportunidades para obtener la regularidad migratoria es algo que no se puede negar, que muchos las hayan desaprovechado es cosa de cada quien.  

Que nosotros somos víctima de la xenofobia y la discriminación no es cosa de locos es cosa de cuerdos y es una realidad latente,  aquí (en Ecuador) hay quien no nos quiere pero también hay que admitir que hay gente humilde que nos admira y ayuda.

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