Hay en Uruguay un clima de conmoción política pues ha renunciado el vicepresidente del país Raúl Sendic, acusado de utilizar indebidamente la tarjeta de crédito corporativa de la estatal petrolera ANCAP cuando era su director.

Se trata de un error que él mismo ha reconocido, en un caso que, debe recalcarse, no es de peculado o corrupción, sino de un proceso administrativo indebido ya que, antes de hacer gastos o inversiones, Sendic debió consultar al Estado como principal accionista y regulador.

Pero la derecha uruguaya ha hecho su agosto atacando desde la prensa y el Parlamento con todo al líder del Partido Lista 711 e hijo de Raúl Sendic Antonaccio, líder de la guerrilla de los Tupamaros. No en balde, ya que Sendic lideraba las preferencias para ser el candidato del Frente Amplio a la Presidencia del país en las elecciones del 2019.

Ante la situación, el presidente del país, Tabaré Vázquez ofreció una conferencia de prensa para respaldar a Sendic y aclarar cómo se presentaron las cosas. El descarrilamiento de su vicepresidente ha sido una operación política y mediática para golpear al Frente Amplio con "saña" y "alevosía", dijo. Se destaca el tono claro y firme del presidente del país ante una arremetida de los filiales de la ex dictadura contra el proceso popular vivido en Uruguay.

Pero de las entrañas del conflicto ha surgido un rayo de luz, ya que ahora la vicepresidencia será ocupada por Lucía Topolansky, ex indentenda de Montevideo, líder del Movimiento de Participación Popular, actual senadora del país y reconocida internacionalmente por ser la esposa del ex presidente Pepe Mujica.

Es decir que si la derecha uruguaya (y el injerencismo foráneo) apostaron por librarse de un izquierdista como Sendic, ahora tendrán despachando en el poder presidencial a una ex insurgente, destacadísima líder popular y de arrastre latinoamericano como lo es Topolansky, quien desde ya se perfila como una de las cartas fuertes del FA a la presidencia de Uruguay. La otra carta es el mismísimo Mujica.

No obstante Sendic continúa en la senda. Bien versa el dicho que los únicos muertos políticos son los que están tres metros bajo tierra. Pronto el ex vicepresidente volverá a escena.