El año pasado vivimos días duros; hablo de los sucesos de junio que, para el que no lo recuerda, miles de brasileños salieron a las calles a exigir mejoras sociales y democráticas y, también, a exigir cambios. Durante ese mismo período recibimos a los movimientos sociales, a los grupos de la juventud así como a los líderes indígenas de todo el país.

Luego de recibir la carta con reivindicaciones de manos de los líderes indígenas pude constatar el respeto a nuestra Constitución nutrida por cada uno de ustedes y afirmé durante esa reunión lo que a continuación escribo: ¡nada dentro de nuestra Constitución será alterado en relación de los derechos de los pueblos indígenas! Entre todas las justas reivindicaciones presentadas no dudé sobre la constitucionalidad de la PEC 215. Actualmente, como sabemos, tenemos desafíos en el ámbito jurídico para poder avanzar en la demarcación de las tierras indígenas en el país, principalmente en las regiones centro-oeste, sur y noreste. Tenemos que enfrentar y superar estos desafíos respetando nuestra Constitución.

En los últimos años construimos, con la participación de representantes indígenas, diversas políticas públicas enfocadas en los pueblos indígenas: políticas afirmativas para el ingreso y permanencia de los estudiantes indígenas a las universidades públicas federales; valoración de las culturas indígenas con el Premio Culturas Indígenas; inclusión de las familias indígenas en programas federales como el “Bolsa Família” e “Minha Casa Minha Vida”. Tuve la enorme alegría de firmar el derecho que constituye la Política Nacional de Gestión Ambiental y Territorial en Tierras Indígenas (PNGATI), ya que se trata de una política fundamental para la sustentabilidad de los pueblos indígenas.

Además de estas políticas, buscamos superar las grandes deudas históricas del Estado brasileño con los pueblos indígenas, revertimos la invasión de la Tierra Indígena Xavante de Marãiwatsédé, en Mato Grosso, y de la Tierra Indígena Awá-Guajá, en Maranhão. Este año 2014 firmé el decreto que convoca la Conferencia Nacional de Política Indigenista, que se podrá construir en un espacio privilegiado para la evaluación de toda la relación del Estado brasileño con los pueblos indígenas, de identificación de los problemas actuales, como un espacio de concertación de nuevos avances, particularmente en la demarcación de las tierras indígenas, dentro del marco de nuestra Constitución.

Me gustaría decirles que mantendremos nuestros compromisos con el fortalecimiento de la Fundación Nacional del Índio; con la mejora de la atención a la Salud Indígena; con la calidad de la Educación Escolar Indígena; con la articulación para la aprobación, en el Congreso Nacional, del Consejo Nacional de Política Indigenista e del Estatuto de los Pueblos Indígenas; con el acceso de las comunidades indígenas a políticas nacionales, como el Programa de Adquisición de Alimentos (PAA) y otras, además de avanzar en la regulación y aplicación de los derechos de consulta libre, previa e informada, conforme a la Convención 169 de la OIT.

Cuento con su apoyo para, en los próximos cuatro años, enfrentar juntos los desafíos y cumplir con los compromisos, garantizando el buen vivir para todos los pueblos indígenas de Brasil.