La situación en Argentina y Brasil, en cierto sentido, es bastante parecida. En ambos países la derecha utiliza el poder judicial como arma y herramienta política contra los dirigentes populares, y como dispositivo intimidatorio sobre las masas.
Los halcones siguen entre nosotros, intentan disfrazarse de palomas, dando falsas esperanzas, pidiendo tiempo para cambiar la realidad de las personas mientras te dejan sin empleo.