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  • Fue bautizado como “el poeta de la canción” por su voz maravillosa en el escenario musical de Venezuela y de la América Latina en general. Residió en varios países y a toda la región llegó su magia vocal cargada de ternura, de novedades y hasta de denuncia, como la que este venezolano hizo en Argentina en plena dictadura militar
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    Fue bautizado como “el poeta de la canción” por su voz maravillosa en el escenario musical de Venezuela y de la América Latina en general. Residió en varios países y a toda la región llegó su magia vocal cargada de ternura, de novedades y hasta de denuncia, como la que este venezolano hizo en Argentina en plena dictadura militar

Nació Héctor José Cabrera Medina en el oeste de Caracas el 13 de febrero de 1932 como dueño de una de las voces más hermosas de la música en Venezuela.

Fue bautizado como “el poeta de la canción” por su voz maravillosa en el escenario musical de Venezuela y de la América Latina en general. 

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Residió en varios países y a toda la región llegó su magia vocal cargada de ternura, de novedades y hasta de denuncia, como la que este venezolano hizo en Argentina en plena dictadura militar. Estaría llegando a sus 90 años de vida física. Permanece en el recuerdo de todo un pueblo de Patria Grande.

Nació Héctor José Cabrera Medina en el oeste de Caracas el 13 de febrero de 1932 como dueño de una de las voces más hermosas de la música en Venezuela. Su padre era andino (del estado Trujillo) y su madre del estado central de Aragua. 

Todos sabían que sería un extraordinario cantante y con esa promesa llegó a las manos del profesor de canto Juan Martín de Armas, en el centro de Caracas. Con el tiempo Cabrera reconocería el aporte del profesor De Armas en su preparación vocal pues, dijo, le enseñó con esmero.

Foto: Cortesía

A los 15 años de edad, en 1947 participó en un programa radial acompañado (en el piano) nada menos que por Aldemaro Romero, quien también daba sus primeros pasos en el trajín musical.

Dos años después fue convocado a la más prestigiosa emisora radial de Caracas en ese entonces, Radiodifusora Venezuela. Fue su lanzamiento profesional. A partir de allí fue llamado a los más destacados programas radiales de la época caraqueña, incluyendo la “Fiesta Fabulosa” dirigida por Luis María Frómeta, Billo.

Héctor se uniría a un grupo llamado “Los Juancheros”, fundado por Clemente Robaina, quien además de productor era un buen compositor. Allí, en calidad de vocalista dio sus primeros pasos en el mundo de las grabaciones. La primera grabación fue “El Cachicamo”, y por ese detalle sonoro fue que Mario Suárez dio con él.

Foto: Cortesía

Rosario

Suele pasar que en el mundo de la música y el espectáculo no haya mucha solidaridad, debido fundamentalmente a la competencia comercial.

Pero este no fue el caso del destacado músico venezolano Mario Suárez, vocalista principal del conjunto “Los Torrealberos” nada menos que de Juan Vicente Torrealba. Suárez le habló a Torrealba de esa nueva promesa musical venezolana y Juan Vicente le entregó nada menos que su tema “Rosario”, con letra de Ernesto Luis Rodríguez y música torrealbera. Una joya para siempre.

Rosario

Era ya la década de los cincuenta y Héctor circulaba por toda Venezuela con exitosas presentaciones. Precisamente a finales de esa década realiza su primera gira internacional, a Puerto Rico y Colombia. 

Es también la etapa en la que ingresa a “Los Torrealberos”, el conjunto del autor de “Rosario” y “Concierto en la llanura” entre decenas de temas de antología.

Un Chogüí cubano

Héctor Cabrera estaba consolidado como un excelente vocalista nacional cuando el empresario disquero José Pagé lo animó a ir a Cuba para hacer unas grabaciones. Pagé era el presidente del sello Velvet, creado por él. Detallle curioso (por lo menos para el caso cubano) Cabrera grabó en la isla un tema demasiado exitoso en Venezuela: El pájaro Chogüí, del Indio Pitagua, nombre artístico del argentino Guillermo Edmundo Breer.

Claro, en Venezuela el tema fue entonado por Néstor Zavarce, pero a Pagé se le ocurrió lanzarlo en Cuba y eso se transformó en la catapulta de Héctor Cabrera. De hecho, en Cuba conoció y llegó a grabar con el Maestro Adolfo Guzmán. Quedó el registro de “Pobre del pobre”.

El pájaro Chogüí

“Yo fui a La Habana por dos motivos: uno para grabar, y otro para tratarme lo de un accidente de uno de mis brazos por un balazo que me dieron en La Guaira. Pagé (Productor discográfico) me llevó al edificio donde estaba la emisora CMQ y allí el maestro Guzmán tenía su oficina. Lo conocí y empezamos a ensayar”, contó Cabrera en una entrevista radial.

“El poeta de la canción” permaneció en la isla por espacio de año y medio alternando con grandes figuras de la talla de Benny Moré, Olga Guillot y Blanca Rosa Gil, entre otros.

Foto: Cortesía

Era ya 1960, con una década comenzando, y el tema del Indio Pitagua lo llevó a México, a Estados Unidos de Norte América y a varios países de Europa.

En México residió entre 1964 y 1968, siempre con éxito. En ese país entró triunfante con el tema “Cría Cuervos”.

Fue una etapa exitosa anclada, sobre todo, a lo hecho con “Los Torrealberos” a esa extraordinaria impronta venezolana y a su experiencia cubana, pero sería desde Argentina desde donde Héctor Cabrera estremecería a todo el continente ( y al mundo).

Foto: Cortesía

Lo de Buenos Aires

Ampliamente querido en su tierra natal, Héctor Cabrera participó en programas televisivos, radiales, musicales, grabaciones y un largo etc. pero para 1970 las estrellas le cambiaron el destino por completo.

El año anterior, 1969 la también venezolana Mirtha Pérez se había alzado con el segundo lugar del III Festival de la Canción de Buenos Aires con un tema de Dino Ramos: “La Nave del Olvido”. 

Ese mismo año, Héctor Cabrera ganaba la primera edición del I Festival de la Voz de Oro de Venezuela en un polémico evento en el que el jurado no dejó participar al Tenor Favorito de Venezuela, Alfredo Sadel.

Para 1970 la invitación, por gestiones del productor argentino Aldo Fabré se cursó a Héctor Cabrera, y no solo eso. El autor del tema que iría Cabrera a defender viajó hasta Venezuela para mostrárselo con antelación.

No era un tema fácil, era un tema social y político y Argentina estaba bajo el gobierno de una dictadura militar. Jean Franco Pagliaro con su canción “Las cosas que me alejan de ti”, no necesitó de mucho para convencer al venezolano. Cabrera sabía qué botas iba a calzar.

“Las cosas que me alejan de ti es una balada de contenido político que para ese año de 1970 de plena dictadura militar, bajo el férreo mandato del general Roberto Marcelo Levingston como presidente encargado, obtuvo la más alta votación del jurado en el festival al ser interpretada por el artista venezolano, quien fue el triunfador y el más ovacionado esa noche del 28 de septiembre. El criollo fue acompañado de una orquesta integrada por 28 músicos bajo los arreglos del pianista y director argentino Buby Levecchia.

Cuando comienzo con la canción empieza a organizarse una reacción de gente moviéndose, inquieta, para dar paso a una explosión, una ovación extraordinaria que se me paran los pelos cuando yo veo esto. Era el milagro de esa canción y el milagro de un pueblo musical”, recordó Héctor en una entrevista radial al locutor Henrique Bolívar Navas.

A la eternidad


El arrollador triunfo de Héctor Cabrera en Buenos Aires, Argentina, además del sentimiento y la osadía de interpretar tal tema en una dictadura militar no le cerró ninguna puerta: Se las abrió todas, porque sumado al empeño y al compromiso estaban la calidad de su voz y su indiscutible carisma.

Retornaría a Venezuela, y regresaría a Argentina donde residió unos cuantos años. Fue amado en el país austral. Realmente admirado.

Foto: Cortesía

Fueron muchos los países visitados por él, y unas cuantas las películas en las que participó, y fueron muchos los festivales en los que estuvo y dio a Venezuela premios, galardones, reconocimientos.

Siempre retornó a su tierra natal. Sus residencias en Cuba, México o Argentina jamás le impidieron reconocerse como venezolano, y en eso fue ejemplar.

Héctor Cabrera sucumbió en Caracas, a un cáncer de próstata el 6 de junio del 2003 a la edad de 71 años. Cambió de paisaje en la misma ciudad que le viera nacer hace ya 90 años.

Su país le recuerda, agradecido. Siempre le llamará “El poeta de la Canción”, como le bautizó.

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