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    En Profundidad

    Tony y su hermana siempre estuvieron cantando juntos hasta que en 1974 ella se casó con un médico boricua y se fueron a los Estados Unidos. Ese sería, paradójicamente, el despegue definitivo de este querido trovador.

Los TNT innovaron en la música introduciendo una modernidad inédita en arreglos, voces y repertorio.

Resulta evidente que en todos los países de América Latina (suponemos que del mundo entero) hay otra canción.

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No es alguna canción dulzona que vende la radio, no es la canción banal que se intenta imponer (aunque lleva bastante terreno ganado), no es cierta canción bailable diseñada para que los latinos hasta perdamos el ritmo, y, por supuesto, no es la canción que se presta para que se pierda la noción de quiénes somos hasta bailando. No. 

Nuestros países tienen, por fortuna, un reservorio que, si a ver vamos, es más importante que miles de las cosas que nos venden como imprescindibles. Eso explica que naciones con relativamente pocos recursos materiales tengan en ese reservorio el caudal infinito de su dignidad, de su pertenencia y de su lucha contra la implacable alienación que bombardea el imperio del entretenimiento. En esa reserva está la canción, esa de la que hoy hablamos a propósito de la intensa vivencia de un pueblo tan querido como el boricua.

Se cumplirán en marzo 83 años del natalicio de un músico al que se debería analizar en su trayectoria y en su obra por lo tanto que ella significa para nuestra zona azul Caribe. Ese músico es Tony Croatto.

Junto a él hay una verdadera constelación de creadores en Puerto Rico que hacen esa otra canción que los interesados tratan de que no escuchemos.

Canción de la serranía

Tony

De la mano del gran boricua compositor Tite Curet Alonso y de su compañera Norma Salazar algunos comenzamos a tener otra referencia acerca de Croatto, quien inclusive residió en Venezuela un buen tiempo antes de viajar a Puerto Rico, donde el pueblo borincano lo amó y sigue amando porque lo asumió como uno de ellos a pesar de haber nacido Croatto en Italia y de tener todo un periplo andado antes de llegar a San Juan.

Para ese tiempo pocas personas en Venezuela sabían de su obra.

Solo el productor discográfico y de eventos Orlando Montiel pudo hablar con lujo de detalles acerca del italoborincano, y dar mayores luces en torno a él.

Y sí. No nació en Borinquen sino en el norte de Italia, en una población llamada Attimis. Allí vio la primera luz el 2 de marzo de 1940. Su nombre real era Hermes Davice Fastino Croatto Martinis y sintió en carne propia la angustia de sus padres por los conflictos bélicos que sacudían a Europa. Sus otros dos hermanos,  Edelweiss (Tim) y Argentina (Nelly) padecieron también los rigores de ese tiempo italiano hasta que los padres tomaron la decisión de emigrar hacia América del Sur. Fue así como con 9 años de edad, en 1949 llegó a Uruguay, a una población llamada paradójicamente La Paz, que era lo que buscaba esa familia.

Tony Croatto. I Foto: EFE

Desencuentros familiares llevaron al jovencito a irse a la calle a trabajar. Y trabajó duro como talador de árboles, como arreador, como obrero, todo eso siendo un niño. La reconciliación con su padre le hizo volver al hogar cuando tenía 14 años. Era 1954. Fue entonces cuando, en un acto de graduación escolar, se unió a sus hermanos para cantar. Nació así un grupo juvenil que hizo historia: Los TNT (Tim-Nelly-Tony).

De Montevideo decidieron ir a Buenos Aires para probar suerte en plena era del Club del Clan argentino que comandaba Palito Ortega. De alguna manera Los TNT fueron pioneros no solo en ser un grupo bastante juvenil, algo que llamaba la atención, sino que Los TNT innovaron en la música introduciendo una modernidad inédita en arreglos, voces y repertorio.

Causaron sensación y fue tan así que decidieron ir a España donde también tuvieron éxito, pero optaron por regresar a la tierra argentina y Tony compró un terreno en Córdoba al tiempo que se enamoraba y casaba con Raquel Montero. Ya contaba con 25 años de edad. No se logró establecer en Córdoba y además su hermano Tim se separó del grupo para hacer definitiva vida en Buenos Aires.

Los TNT. I Foto: EFE

Venezuela

A Los TNT les llegó una invitación desde Caracas para presentarse en el canal televisivo Venevisión. Ya Tim no estaba, por lo que ante la insistencia de Nelly, Tony aceptó que se presentaran como el dúo Nelly y Tony. Era 1967, año cuatricentenario de Caracas. En Caracas nació su hija Mara Croatto Montero y en la capital venezolana permaneció un buen tiempo.

Estando en Caracas llegó otra oferta, desde Puerto Rico. De esta forma viajó a la Isla del Encanto y Tony Croatto se enamoró de Borinquen para siempre.

Al año siguiente, en 1968 Tony tenía composiciones realizadas en Puerto Rico. Agüeybaná fue una de ellas. También Yo quiero sembrar aliento, la que fue grabada por Danny Rivera, comulgantes los dos de un nivel de conciencia cada vez mayor.

Tony y su hermana siempre estuvieron cantando juntos hasta que en 1974 ella se casó con un médico boricua y se fueron a los Estados Unidos. Ese sería, paradójicamente, el despegue definitivo de este querido trovador.

Haciendo Punto en otro Son

Junto a Chucho Avellanet montó un sello discográfico. Sabía que solo así podría grabar lo que su conciencia le dictaba. Llegó el día en que junto a Silverio Pérez, Josy Latorre, Irvin García y su amigo Nano Cabrera le dieron vida al importante grupo Haciendo Punto en Otro Son, una referencia indiscutible en la música borincana. La agrupación, además comenzó a hacerse sentir en los países de la zona.

En Cuba, México y Venezuela las juventudes se peleaban por tener aunque fuera un casette de ese grupo pues la musicalidad y las letras hablaban ya de un viraje en la canción puertorriqueña, a la manera de la Nueva Trova de Cuba, del movimiento chileno, del rico movimiento dominicano  y del movimiento venezolano comandado por Alí Primera y Gloria Martín.

Trabajo solista

Habito una Tierra Luz

Luego vendría la necesidad de seguir haciendo otras cosas, como en efecto hizo. Tony dio a conocer en 1977 el álbum “Vengo a cantarle a la tierra”. Su tema Habito una tierra luz se convirtió en un verdadero canto popular a partir de 1979.

Se hizo parte de los colectivos Artistada Puertorriqueña y Pan del País dando cauce social a su canto.
Casi culminando la década de los noventa se volvió a unir a Haciendo Punto en otro Son para dejar a la posteridad la Antología de la Nueva Canción.

Fue muy importante su paso por la televisión de Puerto Rico pues con sus programas fue mostrando cada rincón de la isla, con su historia y tradición sembrando nuevamente en la población orgullo por su tierra y un amoroso sentido de pertenencia.

La madrugada del 3 de abril de 2005 fue muy dura para Borinquen. Tony rendía tributo a la vida. Ya venía mal como consecuencia del hábito de fumar. Un paro respiratorio puso final a su tránsito físico cuando solo contaba con 65 años de edad. La Capilla Ardiente del querido trovador ítaloborincano fue en el Instituto de la Cultura Puertorriqueña.

A Tony Croatto se le rindieron Honores de Estado. Una llorosa multitud que cantaba sus temas lo acompañó a la morada de su descanso eterno en tierra de Borinquen.

Dejó una hermosa familia y a un pueblo que le adoptó con amor.

Sal a caminar

Las andanzas de Tony, su sentido de la fraternidad y su solidaridad militante está recogido en su obra discográfica.

El tema Sal a caminar, de Roy Brown en la versión del autor junto a Tony Croatto deja la esperanza con ribete de sueño que se cumple, porque forma parte de esa otra canción que tanta falta sigue haciendo.


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